Las peleas se remontan a la independencia del pueblo Zitlalteca, cuando cansados de saqueos y abusos a sus mujeres se disfrazaron de estas para tener cerca al pueblo contrario y poder enfrentarlos.
En medio de la crisis de violencia que se vive en la zona centro del estado de Guerrero, habitantes del municipio de Zitlala “se golpearon” este martes “a puño limpio” como parte de un ritual ancestral para pedir lluvias y una buena cosecha de temporada.
En la explanada principal, entre la catedral y el palacio municipal, corrió la sangre de los participantes que se mezcla con los litros de mezcal que los ‘peleadores’ consumen antes de la pelea, como un sedante para aminorar el dolor o para caer noqueado.
Mario Atianguis Jiménez lleva 35 años en las peleas, aunque dice no recordar una fecha exacta del inicio de las batallas sí sabe que es algo que aprendieron de sus papás y abuelos, y ahora ellos lo replican año tras año, para pedir buena lluvia para las siembra.