La central nuclear de Fukushima Daiichi ha experimentado una fuga de agua radiactiva en su sistema de filtración de líquidos contaminados, con parte de este fluido llegando al subsuelo. Según la operadora Tokyo Electric Power (TEPCO), hasta el momento no se han encontrado señales de contaminación en el entorno debido a este incidente.
El problema se desencadenó el pasado miércoles debido a una válvula que permaneció abierta de manera incorrecta. Esto durante una operación de trasvase de agua contaminada llevada a cabo por los trabajadores de la planta en el marco de una inspección, según indicó TEPCO en un comunicado.
Se estiman alrededor de 5.5 toneladas vertidas
Se estima que alrededor de 5.5 toneladas de agua radiactiva pudieron haberse vertido dentro del recinto de la central, con una concentración de hasta 220 veces el nivel máximo permitido de materiales radiactivos como el cesio-137 establecido por las autoridades japonesas.
Ante este incidente, TEPCO ha acordonado la zona afectada y ha iniciado labores para recoger el líquido derramado, aunque se sospecha que una parte del mismo ha penetrado en el subsuelo, TEPCO también retirará y someterá a análisis esa parte del líquido.
No se han detectado consecuencias medioambientales
A pesar de la fuga, la operadora asegura que no se han detectado consecuencias medioambientales significativas en las áreas circundantes. El incidente ocurrió dentro del sistema de purificación y canalización del agua contaminada de la planta, la cual se vierte al mar de forma controlada.
Es importante recordar que la planta de Fukushima Daiichi fue dañada por el terremoto y tsunami de marzo de 2011. Desde entocescomenzó a liberar grandes cantidades de agua procesada en el océano el año pasado. Esta medida, supervisada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), ha generado preocupaciones y protestas, especialmente por parte de China y el sector pesquero japonés.
30 años más de liberación controlada
El agua contaminada es tratada con un complejo sistema de filtrado antes de su vertido. Con ello se eliminan la mayoría de los elementos radiactivos nocivos, excepto el tritio. Con más de 1.000 tanques de almacenamiento en las instalaciones, se prevé que la liberación controlada de este agua se prolongue durante al menos 30 años.
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