El Enigma de Febrero: Por qué Tiene 28 o 29 Días y la Culpa es de la Antigua Roma

La Intrigante Historia de Febrero

Febrero, el segundo mes del año, nos desconcierta con sus 28 o 29 días. Pero, ¿por qué este peculiar mes tiene una duración tan variable? La respuesta se encuentra en un desastre matemático de la Antigua Roma que solo pudo ser resuelto por Julio César.

Antecedentes: El Calendario de la Antigua Roma

Cuando el calendario de la Antigua Roma, atribuido a Rómulo, tomó forma, consistía en 10 meses distribuidos de manera desigual entre 30 y 31 días, sumando un total de 304 días. Con 61 días adicionales entre diciembre y marzo, los romanos prácticamente desconectaban sus cuentas hasta la llegada de la Luna Nueva antes del Equinoccio de Primavera.

El Desorden de Numa Pompilio

Numa Pompilio, segundo emperador romano en el año 750 a.C., introdujo cambios significativos. Buscando evitar números pares por supersticiones, agregó 50 días al calendario y alteró la duración de los meses. Creó dos nuevos meses: Ianuarius (29 días) y Februarius, que, al ser menos importante, quedó con un número par de días: 28.

Problemas Supersticiosos y Desfase Temporal

El calendario de Numa Pompilio resultó en un desfase temporal con la realidad astronómica. Con 355 días, desfasaba 10 días anuales. Problemas como fechas inexactas de eventos astronómicos surgieron, evidenciando las limitaciones del calendario romano.

Soluciones Fallidas: Mensis Intercalaris

Para corregir el desfase, los romanos introdujeron el Mensis Intercalaris, días adicionales según las necesidades, pero su uso fue inconsistente y propenso a abusos políticos. Esto no resolvió los problemas y complicó aún más el calendario.

La Reforma de Julio César

Ante el desorden, Julio César lideró la reforma del calendario en el “Ultimus Annus Confusionis”. Ajustó la duración de los meses y fijó el año en 365 días, añadiendo el día bisiesto cada cuatro años para compensar el tiempo adicional.

El Legado de Julio César

El calendario de Julio César se convirtió en la base del Calendario Gregoriano actual. Febrero mantuvo su peculiaridad, con 28 días, pero con la adición del día bisiesto cada cuatro años. Además, los meses Quintilis y Sextilis cambiaron a Julio y Agosto en honor a los líderes romanos.

La Curiosa Odisea de Febrero

Así concluye la intrigante historia de febrero y su duración variable. Desde las supersticiones de Numa Pompilio hasta las reformas de Julio César, este mes ha sido testigo de una odisea histórica que ha dejado una huella indeleble en el tiempo.