Una situación de caos y desesperación se desató el pasado lunes en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) cuando un pasajero fue señalado de abrir la puerta de un avión y subirse a una de sus alas. A pesar de la gravedad del incidente, el individuo quedó en libertad luego de que Aeroméxico decidiera no presentar cargos en su contra.
La Fiscalía General de la República (FGR) liberó al hombre, quien la semana pasada presuntamente realizó este acto temerario que puso en peligro la seguridad de todos los pasajeros a bordo de la aeronave.
La falta de acción por parte de Aeroméxico y las autoridades del AICM ha generado preocupación entre la población. A pesar de que el delito a perseguir sería considerado un ataque a las vías de comunicación, sancionado conforme a la Ley de Vías Generales de Comunicación, ninguna de las partes involucradas decidió presentar cargos formales contra el individuo.
Según declaraciones del AICM, el pasajero abrió la puerta de emergencia del avión mientras la aeronave estaba detenida en posición remota, se posó sobre un ala y luego volvió a ingresar a la cabina. Esta acción provocó un despliegue de seguridad y una investigación exhaustiva por parte de las autoridades.
Sin embargo, pasajeros del vuelo en cuestión han dado otra versión de los hechos. Según testimonios recopilados, el pasajero habría actuado motivado por la desesperación, después de esperar más de una hora a bordo de la aeronave sin aire acondicionado y con condiciones deplorables. Esta versión contradice la declaración oficial del AICM y sugiere que hubo fallos en la atención y el servicio proporcionado por la aerolínea.
El incidente ha generado un intenso debate sobre la seguridad y el servicio en los vuelos comerciales, y ha dejado al descubierto las deficiencias en la gestión de crisis por parte de las autoridades aeroportuarias y las aerolíneas. La falta de transparencia en la investigación y la falta de consecuencias legales para el individuo involucrado plantean serias dudas sobre la capacidad del sector de la aviación para garantizar la seguridad y el bienestar de los pasajeros.