Por: Azul Etcheverry
Se llevó a cabo durante esta semana el Foro Económico Mundial en su edición 2024, con más de 50 años de existencia, el Foro ha logrado consolidarse como uno de los conciertos internacionales más importantes en el ámbito económico en donde se encuentran jefes de estado y funcionarios gubernamentales de alto nivel junto con los dirigentes de las empresas más influyentes del mundo.
La iniciativa surgió en 1971 por parte de un grupo de líderes empresariales de Europa quienes querían crear un foro para discutir y formular nuevas estrategias para preparar a las empresas europeas frente a los desafíos del nuevo mundo económico.
El Foro ha sido lugar para que se mantenga un diálogo de alto nivel en varias épocas y sucesos mundiales importantes como la crisis de 2008, la pandemia por COVID-19, incluso fue este la cuna donde se gestó el TLC entre México, Canadá y Estados Unidos. Sin embargo, la organización de esta reunión ha recibido críticas últimamente al señalar sus costos para llevarse a cabo e incluso la membresía que tienen que cubrir los países (entre 50 o 60 mil dólares).
El lema para 2024 del foro fue “reconstruir la confianza”, sin duda estamos viviendo la recuperación de una crisis post pandemia donde esta nueva estabilidad y confianza ahora se ve amenazada por los grandes conflictos internacionales de Rusia e Israel, sumado a severas divisiones políticas a nivel mundial y sería poco realista pensar que este está buena voluntad impulsada por lo económico pueda en efecto ayudar al mundo a recuperar la confianza.
No estamos diciendo que el Foro no tenga utilidad alguna, pues es el espacio para que muchos países concreten oportunidades económicas que se pueden traducir en empleos y estabilidad para sus habitantes, sin embargo, los compromisos optimistas respecto a los conflictos mundiales deben abordarse en otros espacios.
Dentro de los resultados positivos, fue lo dicho en relación al cambio climático y la inteligencia artificial, sobre el primer tema, se hizo énfasis en las consecuencias económicas de este fenómeno y cómo podría afectar la calidad de vida de cada uno de nosotros, es otra perspectiva desde la que se puede abordar el problema mundial y sobre todo hacer una sensibilización poderosa. Sobre el segundo, se advirtieron los usos de esta en la economía de cada país y cómo podría representar un riesgo en la pérdida de empleos por procesos automatizados y cada vez más capaces, un buen análisis para saber dónde estamos parados frente a lo que viene y poder estar mejor preparados.
Nuestro país no ha enviado representantes de alto nivel los últimos cuatro años, es importante recordar que, más allá de las críticas, el foro es espacio para estar pendientes de las últimas tendencias y que en la nueva realidad mundial las cosas no pintan bien para quien pretende aislarse.