En los últimos años, ha surgido una tendencia que ha llamado la atención de expertos y sociólogos: la baja tasa de natalidad entre la generación millennial. A medida que esta cohorte demográfica entra en la edad adulta, muchos se preguntan por qué una parte significativa de ellos opta por no tener hijos. Diversos factores se han identificado como posibles explicaciones para esta tendencia, y aquí analizaremos algunos de los más destacados.
Principales factores
1. Desafíos económicos:
Los millennials han experimentado desafíos económicos considerables, desde la crisis financiera de 2008 hasta la pandemia de COVID-19. Muchos enfrentan deudas estudiantiles abrumadoras, empleos precarios y la dificultad para acceder a la vivienda. Estas condiciones económicas desfavorables pueden disuadir a muchos de embarcarse en la responsabilidad financiera que implica la crianza de hijos.
2. Cambios en las prioridades:
A diferencia de generaciones anteriores, los millennials han demostrado tener prioridades diferentes en la vida. Muchos optan por centrarse en el desarrollo personal, la educación continua y la búsqueda de carreras significativas antes de considerar la paternidad. La noción de tener hijos como un rito de paso ha perdido relevancia, y la autonomía individual se valora más que nunca.
3. Presiones sociales y ambientales:
La presión social y ambiental también desempeña un papel crucial en la toma de decisiones de los millennials. La conciencia medioambiental está en aumento, y algunos individuos sienten que tener hijos contribuiría a la sobrepoblación y al agotamiento de recursos naturales. Además, las expectativas sociales tradicionales sobre el matrimonio y la paternidad están siendo cuestionadas, lo que lleva a una mayor diversidad de elecciones de vida.
4. Inseguridad laboral:
La falta de estabilidad laboral y la creciente precarización del empleo también son factores determinantes. Muchos millennials enfrentan la incertidumbre de contratos temporales, falta de beneficios y la amenaza constante de la automatización. Estas preocupaciones dificultan la decisión de comprometerse con la responsabilidad a largo plazo que conlleva la crianza de hijos.