¿Cómo saber si tienes dependencia emocional?

¿Crees que la opinión de los demás  es más importante que la tuya? ¿A menudo sientes que no mereces a tu pareja? ¿Te invade la tristeza o el malestar cuando no tienes cerca a las personas más importantes para ti?

Responder afirmativamente a las anteriores cuestiones puede indicar que existe cierta dependencia emocional, un estado psicológico que afecta a muchas personas aunque no sean conscientes de ello y que puede darse en todo tipo de relaciones personales: familia, pareja, amistades…

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional es un rasgo de la personalidad y consiste en una serie de comportamientos adictivos que se dan en una relación y donde los roles de cada persona son desiguales y desproporcionados. Cuando este comportamiento se presenta en un grado alto, se puede hablar de trastorno

 

Por lo tanto, la persona dependiente repite un patrón de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir de una forma desajustada y extrema.

Causas de la dependencia emocional

Detrás de una dependencia emocional elevada se encuentran factores como baja autoestima, inseguridad, falta de autocontrol, miedo a la soledad… Asimismo, existe un componente de la educación recibida o los referentes que se han tenido a lo largo de la vida. Todo ello acaba repercutiendo en la calidad de las relaciones con otras personas (pareja, amigos, familiares…) ya que el vínculo se mantiene por el temor a que la relación  se acabe.

 

-Baja autoestima: las personas se muestran muy críticas con ellas mismas, se sienten inferiores, o culpables por lo que nace un sentimiento de inutilidad muy dañino tanto para ellas como para la relación.

 

-Miedo a la soledad: necesitan estar acompañados en todo momento sin importarles la calidad de la compañía elegida. No conciben la idea de pasar tiempo a solas con ellos mismos.

 

-Negatividad: es habitual que la dependencia emocional conlleve cuadros de ansiedad o depresión.

8 claves para identificar la dependencia emocional

La aparición de algunos sentimientos y señales deben activar nuestras alertas. Debemos actuar si detectamos…

1- Un miedo exagerado a la separación con esa persona.
2- Idealizamos a la otra persona, como si fuera un ser superior, sobrevalorando las cualidades e infravalorando las propias.
3- Obsesión por esa persona, deseo e impulso de estar junto a ella en todo momento.
4- Tendencia a anular nuestros propios deseos a favor de los de la otra persona.
5- Necesidad de pedir la opinión de la otra persona ante cualquier decisión.
6- Sensación de malestar y culpa cuando vamos a la contra de esa persona.
7- Tendencia al aislamiento social.
8- Es complicado defender una opinión contraria al criterio de la otra persona.

 

¿Cómo combatir la dependencia emocional?

Si te has sentido identificado/a con las anteriores explicaciones, es muy probable que quieras actuar para revertir esta situación. En primer lugar, mantener una buena salud emocional resultará clave para prevenir este comportamiento, por lo que debemos alimentar la autoestima, la autoconfianza, así como el correcto desarrollo emocional y personal para poder hacer frente a complejos e inseguridades que nos encaminan hacia este tipo de relaciones.

Terapia: ¿cómo funciona?

Por lo general, el objetivo de la terapia se centrará en ayudar a la persona a identificar el problema, abandonar las relaciones tóxicas que pueda tener, establecer un vínculo corrector que fomente la propia autonomía, detectar las causas de esta dependencia emocional y tratarla para que el paciente no repita el mismo patrón.