Más de 25 millones de jóvenes podrán votar en este año, pero su participación es incierta y su confianza en los partidos es baja.
En las elecciones de 2024, los jóvenes de entre 18 y 29 años representarán el 29% de la lista nominal nacional, lo que significa que más de 25 millones de ciudadanos tendrán la oportunidad de elegir al próximo presidente de México, así como a otros cargos públicos¹. Sin embargo, este sector de la población es el más difícil de conquistar para los políticos, ya que su participación en las urnas es variable y su confianza en los partidos es escasa.
Según el Instituto Nacional Electoral (INE), los jóvenes que votan por primera vez en una elección presidencial tienen un alto grado de participación, que puede llegar hasta el 65% de los inscritos en la lista nominal². No obstante, esta cifra se reduce conforme los jóvenes envejecen, y se estima que solo el 52.6% de los jóvenes de entre 18 y 29 años acudieron a votar en 2018
Una de las razones de esta baja participación es la falta de interés o de confianza en la política y en los partidos. De acuerdo con la Encuesta de Jóvenes en México 2019, el 51% de los jóvenes tienen poca o nula confianza en los partidos políticos; el 37.3% en el presidente de la República; el 44.1% en el gobierno y; el 50.2% en los diputados y senadores
Además, los jóvenes tienen otras formas de expresar su opinión y de involucrarse en la sociedad, como las redes sociales, las manifestaciones o las organizaciones civiles. Según la misma encuesta, el 77.8% de los jóvenes se informa por internet; el 62.4% ha participado en alguna protesta o marcha y; el 28.9% ha colaborado con alguna organización social
Ante este panorama, los partidos y los candidatos tienen el reto de atraer y convencer a los jóvenes, que son un segmento clave para definir el resultado de las elecciones. Para ello, deberán ofrecer propuestas que atiendan las demandas y las necesidades de este sector, que se caracteriza por su diversidad, su creatividad y su inconformismo.
Que es uno de los principales obstáculos para los partidos políticos, los jóvenes a menudo se sienten desconectados de la política tradicional. La apatía política y la desconfianza hacia las instituciones gubernamentales son comunes entre los jóvenes, lo que dificulta aún más su participación activa en el proceso electoral. Esta falta de confianza puede atribuirse a diversas razones, como percepciones de corrupción, falta de representación y falta de enfoque en temas que les afectan directamente.
Además, los partidos políticos a menudo luchan para adaptarse a las nuevas formas de comunicación y participación que son populares entre los jóvenes. Las redes sociales, por ejemplo, han cambiado radicalmente la forma en que las personas se informan y se involucran en el ámbito político. Los partidos políticos que no están presentes en estas plataformas corren el riesgo de perder una conexión vital con los jóvenes.
Sin embargo, hay estrategias que pueden ayudar a los partidos políticos a atraer a este grupo demográfico y ganar su apoyo. Una de ellas es abordar los problemas que son relevantes para los jóvenes. Temas como el cambio climático, la igualdad de género, la educación de calidad y el acceso a empleos bien remunerados son de gran importancia para los jóvenes de hoy en día. Los partidos políticos deben adaptar sus agendas y políticas para reflejar estas preocupaciones y demostrar un compromiso real con ellas.
Además, es esencial establecer una comunicación efectiva con los jóvenes a través de los canales que utilizan con mayor frecuencia. Participar activamente en las redes sociales, organizar debates y eventos en campus universitarios y utilizar técnicas de marketing digital pueden ayudar a los partidos políticos a llegar de manera más efectiva a este grupo demográfico.