Un equipo de astrónomos ha hecho un asombroso hallazgo en el espacio: la galaxia J0613+52, una masa gigantesca desprovista de estrellas que desafía nuestra comprensión convencional de las galaxias. Aunque se encuentra a unos 270 millones de años luz de distancia, esta neblina de gas interestelar presenta características similares a las de una galaxia espiral típica, a pesar de la ausencia visible de estrellas.
El descubrimiento fue completamente fortuito, cuando el Telescopio Green Bank (GBT) apuntó accidentalmente a unas coordenadas equivocadas. Karen O’Neil, astrofísica del Observatorio Green Bank y líder del equipo, plantea la posibilidad de que J0613+52 sea una galaxia primordial en el Universo cercano. Este tipo de galaxias, compuestas principalmente de gas formado en las etapas iniciales del Universo, proporcionan valiosa información sobre la formación galáctica en sus primeras etapas.
La investigación inicial se centró en galaxias de bajo brillo superficial (LSB), que emiten poca luz debido a su composición de gas y materia oscura, con escasa presencia de estrellas. Un error en las coordenadas llevó al GBT a una región inexplorada del cielo, donde los científicos identificaron la firma de gas hidrógeno, característica de una galaxia espiral.
A pesar de su aparente falta de estrellas, J0613+52 parece ser una entidad aislada que ha permanecido inalterada durante los 13.800 millones de años de existencia del Universo. La ausencia de interacciones gravitacionales significativas sugiere que esta galaxia no ha experimentado eventos que modifiquen su gas, como desgarros o agrupamientos que desencadenen la formación estelar.
Karen O’Neil destaca la singularidad de J0613+52, siendo rica en gas pero carente de la formación estelar esperada, posiblemente debido a la difusión de su gas. Su aislamiento de otras galaxias limita las influencias externas en la formación estelar, convirtiéndola en la primera galaxia cercana compuesta mayoritariamente de gas primordial.
Explorar a fondo J0613+52 podría ser un desafío debido a su oscuridad, y las longitudes de onda de radio representan el único método viable de observación. Este descubrimiento único marca un avance en los estudios sobre la evolución galáctica, subrayando la vastedad del cosmos y la presencia de fenómenos cósmicos aún desconocidos.