Según los neurólogos, los introvertidos sufren mayor cansancio neuronal a la hora de comunicarse que la gente que es extrovertida. Para evitarlo, es crucial aceptar nuestro patrón de personalidad y beneficiarnos de sus ventajas, poniendo en práctica las estrategias sociales que nos ayudarán a sentirnos más cómodos.
En 1921, el psicólogo suizo Carl Gustav Jung dividió por primera vez a los seres humanos en dos grandes bloques según su patrón de personalidad: introvertidos y extrovertidos. Para Jung, las personas introvertidas se centrarían en los procesos subjetivos, lo importante sería el yo, y en el caso de los extrovertidos el foco estaría en el objeto, y el sujeto se vería subordinado a este.
Los psicólogos consideran que la principal diferencia entre ellos está en la forma en la que “cargan su energía”: mientras que los extrovertidos lo hacen mediante interacciones sociales, los introvertidos necesitan menos nivel de estímulo para sentirse más enérgicos, necesitan estar solos y aislarse.
Aunque estemos hablando de dos categorías contrapuestas, estas no son estancas, son dos extremos de un continuo. Aunque a lo largo del siglo pasado se hacia, en la actualidad no es recomendable categorizar a las personas en términos absolutos. Según el psicólogo Alberto Soler Sarrió, cada persona se ubica en un lugar diferente en una gráfica que parte de una gran introversión hasta a una gran extroversión. La mayoría se sitúa en un punto intermedio, y al parecer varía según el momento personal que estamos viviendo en ese momento.
¿Podríamos ejercer algún tipo de control o modificación sobre nuestra tendencia personal? Cada vez son más los científicos que indican lo contrario. La mayoría de neurólogos coinciden en que los procesos cerebrales de una persona introvertida y otra extrovertida son distintos, por lo tanto, nuestra personalidad vendrá determinada por el predominio de la actividad que muestren unas regiones cerebrales sobre otras.
Tenemos que entender que las personas introvertidas no son antisociales, sino que disfrutan de las relaciones de otra manera muy distinta. En vez de salir de fiesta o de estar entre otro tipo de multitudes, prefieren estar tranquilamente o quedar con un par de amigos.
“La introversión es un patrón de personalidad caracterizado por una preferencia hacia situaciones poco complejas y estimulantes; esto es, contextos más tranquilos, menos ruidosos, con menos gente”. Es sabido que la vida está pensada para los extrovertidos, la extroversión se asocia con el éxito social, no obstante, muchas personas que han conseguido un gran éxito han tenido un patrón de personalidad mucho más cercano a la introversión. Así que es un tópico que no todas las veces se cumple.