Por Liebano Sáenz
Las elecciones de 2024 son más complejas e inciertas de lo que plantean los sondeos de opinión. A diferencia de los dos pasados comicios presidenciales centrados en candidatos dominantes, este año será una disputa en la que lo local tendrá mayor relieve. El persistente descontento alienta el deseo de cambio. Para la oposición es una oportunidad; para el oficialismo, una debilidad.
Hay quien asume que los gobiernos locales y municipales de Morena complican el escenario para la oposición. Sin embargo, la alternancia ha sido la expresión dominante; a quien gobierna mal le resulta más complicado mantenerse en el poder y como tal, para el oficialismo el balance es claramente adverso en elecciones de ayuntamientos.
El deterioro de los servicios públicos, como salud y educación, así como la dificultad de las administraciones locales por la estrechez presupuestal impuesta desde el centro, complica al oficialismo. La inseguridad golpea severamente a la población. El Frente opositor debe volver la vista a lo local. Prácticamente todo el país habrá de renovar ayuntamientos.
La evaluación de desempeño de los gobiernos locales y municipales favorece a la oposición. Esto también plantea una ventaja estructural, especialmente en los casos en los que los alcaldes buscarían su reelección. Por otra parte, los gobiernos estatales opositores presentan condiciones de competitividad que resultan adversos a Morena, precisamente por sus malos resultados.
Los partidos que conforman el Frente y MC, así como sus candidatos presidenciales deben volcar su atención a lo local y municipal. Si la oferta y el debate se regionaliza, mayores serán las condiciones para lograr dos objetivos concurrentes: la elección presidencial y la de legisladores. En 100 ciudades están más de la mitad de las cabeceras distritales y 60% de la votación opositora. 41 están gobernadas por la oposición, lo que plantea una oportunidad para la movilización ciudadana que demanda un mejor gobierno y la salvaguarda de su democracia y de la red de bienestar social y de superación personal.
La alternancia será la expresión dominante de la elección de 2024. Una ciudadanía que hace valer su poder para sancionar al mal gobierno debe ser objetivo central de la campaña opositora.