La COP28 en Dubái se enfrenta a la polémica sobre el uso de la energía nuclear en la búsqueda de reducir las emisiones contaminantes, un desafío crucial para el planeta. Estados Unidos, junto a naciones como Japón, Francia, Ucrania y Marruecos, ha anunciado su respaldo a la energía nuclear como una solución efectiva y rentable para disminuir la dependencia del gas y el carbón. Proponen triplicar su uso para lograr significativas reducciones de emisiones de carbono para el año 2050.
Sin embargo, los grupos ambientalistas plantean preocupaciones sobre la seguridad de la energía nuclear y la gestión de los residuos. Este tema, junto con la apuesta por abandonar el carbón, será objeto de intensas discusiones en las próximas dos semanas, con la consciencia de que se necesita un esfuerzo conjunto urgente.
La COP28 ha comenzado con controversias, especialmente en torno al discurso del Rey Carlos III de Inglaterra, quien, a pesar de su compromiso con la lucha contra el cambio climático, fue fuertemente criticado por su llegada a Dubái en un jet privado, generando debate sobre las acciones coherentes con los discursos.
España, representada por la vicepresidenta y Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, participará en las negociaciones y ha expresado optimismo, pero también la necesidad de tomar medidas rápidas para combatir el cambio climático.
Además del debate sobre la energía nuclear, más de 120 países han firmado un acuerdo en la COP28 para triplicar la capacidad de energías renovables para 2030, buscando generar 11,000 gigavatios de energía renovable. Se abordan también compromisos para reducir las emisiones de grandes petroleras y sectores industriales con alto impacto climático, así como temas económicos y la Declaración de Clima y Salud para abordar emisiones que afectan la salud en algunas ciudades.