Con la llegada de diciembre, es común observar cómo los hogares se llenan de luces, esferas y colores gracias al emblemático árbol de Navidad. Esta tradición arraigada en muchos hogares tiene raíces históricas que se remontan a antiguas celebraciones paganas y que han evolucionado a lo largo de los siglos.
Celebrando al Dios del Sol y la Fertilidad en Europa
La historia del árbol de Navidad tiene sus orígenes en el norte de Europa, donde los primeros cristianos se encontraron con una celebración en honor al nacimiento de Frey, el dios del Sol y la fertilidad. En esta festividad, la gente utilizaba un árbol que simbolizaba el universo, conocido como “Yggdrasil”. La copa representaba Asgard, el hogar de los dioses; el tronco, el Valhalla, el palacio de Odín; y las raíces, el Helheim, el reino de los muertos.
Transformación a Símbolo Cristiano
Con la influencia cristiana y la evangelización en la región, esta antigua tradición pagana se transformó en el árbol de Navidad que conocemos hoy en día. El árbol, que antes representaba la conexión con los dioses nórdicos, se convirtió en un símbolo para celebrar el nacimiento de Jesús, coincidiendo con las festividades de diciembre.
El Primer Árbol de Navidad en México
Según registros históricos, fue en diciembre de 1864 que se colocó el primer árbol de Navidad en México, específicamente en el Castillo de Chapultepec. Esta iniciativa fue impulsada por el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota, quienes adoptan la tradición europea del “árbol de Cristo” como parte de las festividades navideñas.
Altibajos y Resurgimiento en México
Tras el fusilamiento de Maximiliano en 1867, las influencias europeas en México, incluida la tradición del árbol de Navidad, enfrentaron cierta resistencia. No fue sino hasta 1878 que resurgió la tradición, cuando el general Miguel Negrete decidió poner un árbol en su casa, influenciado por sus viajes a Estados Unidos y Europa.
La presencia del árbol de Navidad en los hogares mexicanos se ha mantenido desde entonces, evolucionando y adaptándose a la riqueza cultural del país. Hoy en día, esta tradición no solo simboliza la celebración del nacimiento de Jesús, sino que también refleja la diversidad y riqueza de las festividades en México y en todo el mundo.