Daniel Noboa, de 35 años, hijo del millonario Álvaro Noboa, asumió la presidencia de Ecuador en una ceremonia atípica en la Asamblea Nacional. Gustavo Petro, presidente de Colombia, fue el único mandatario extranjero presente en el evento.
Con un discurso de apenas siete minutos, Noboa destacó la renovación política y rechazó la polarización.
“Pocos pensaban que tenía posibilidades, demostrando que quienes ven la política como extremista carecen de respaldo popular”, afirmó.
Fiel a su estilo conciso, Noboa no permitió aplausos y afirmó: “No soy un anti nada, soy un pro Ecuador”. Resaltó su creencia en la juventud y desafió los paradigmas políticos e ideológicos tradicionales.
Ante legisladores de corrientes políticas tradicionales, destituidos por Lasso en mayo, Noboa enfatizó la necesidad de dejar atrás políticas del pasado. Aunque no reveló su gabinete, destacó la urgencia de reformas, priorizando la seguridad.
Con un país enfrentando déficit fiscal, alto endeudamiento y crisis eléctrica, Noboa anunció reformas urgentes, incluyendo una reforma tributaria. La seguridad, marcada por altos índices de criminalidad, fue identificada como una prioridad.
En un tono apresurado, se despidió con un llamado a trabajar por el bien de Ecuador, asumiendo el desafío de liderar en un momento crítico para el país.
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