La llegada del los frentes fríos y las bajas temperaturas nos deja más expuestos a algunas enfermedades respiratorias. Por ello, te damos información sobre estas enfermedades, los síntomas que producen y las medidas de prevención que se pueden adoptar durante esta época.
Las enfermedades respiratorias más comunes durante el invierno son las infecciones como la bronquitis es cuando se afecta el árbol bronquial, o la neumonía, en la cual se ve afectado el parénquima pulmonar y que puede detectarse mediante una radiografía de tórax. A su vez, durante esta temporada pueden aumentar los síntomas de otras infecciones respiratorias previamente existentes, como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El origen de esto puede ser infeccioso o inflamatorio, y algunos de los síntomas presentados durante el invierno son los siguientes:
Aumento de la tos.
Aumento de la flema.
Falta de aire.
Silbidos en el pecho.
Despertares nocturnos.
¿Es el frío lo que hace que nos enfermemos?
Hasta hace no mucho tiempo, se creía que las bajas temperaturas no tenían relación con la aparición de enfermedades respiratorias . Sin embargo, recientemente se ha comprobado que estas sí tienen influencia en esta clase de afecciones. El frío provoca que respiremos un aire más seco, lo cual favorece que, durante las inhalaciones, ingresen a nuestro organismo gérmenes que pueden causar infecciones como bronquitis o neumonía.
¿Cómo prevenirnos durante los próximos frentes fríos?
Si bien la proliferación de las enfermedades respiratorias es común ante la llegada de las bajas temperaturas, existe una manera eficaz de prevenirnos: las vacunas.
Vacuna contra la gripe
La vacuna contra la gripe se coloca anualmente y está indicada en personas mayores de 65 años y menores de 2, o en personas de entre de 2 y 65 años que tengan inmunosupresión o algún tipo de comorbilidad.
Vacuna contra la neumonía
La vacuna contra la neumonía está indicada en menores de 2 años y mayores de 65, o bien en personas que presenten comorbilidades. Existen dos tipos de vacunas, y las mismas previenen contra el 69% de las infecciones por neumococo.
Póngase ropa de abrigo que sea adecuada: un abrigo o chaqueta de tejido cerrado y preferiblemente resistente al viento, capas interiores de ropa liviana y abrigadora, guantes, gorro, bufanda, y botas impermeables.
Evitar la exposición al frío y a personas con síntomas respiratorios. Si está enfermo, no es recomendable visitar a los adultos mayores, quienes, por lo general, cuentan con enfermedades de base, por lo que son más propensos a padecer cuadros severos por afecciones respiratorias.
Ventilación de ambientes: para realizar la ventilación de ambientes y no pasar frío, se sugiere abrigarse lo suficiente y abrir una puerta o ventana.
En cuanto a la ventilación domiciliaria en los días de mucho frío, se indica abrir puertas y ventanas al mediodía (horario en que aparentemente es menor el frío), por un espacio de 30 a 60 minutos y luego cerrarlos para evitar que las habitaciones se enfríen demasiado, puesto que tampoco es aconsejable estar mucho tiempo en una habitación muy fría.
Lavado de manos: realizarlo de manera frecuente con agua y jabón.
Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar: con el pliegue interno del codo, nunca con la mano, esto evitará que los gérmenes expulsados puedan afectar a otras personas y llegar a objetos.
Mantener la hidratación, aún en días fríos: la vía aérea (nariz y boca) es la principal defensa ante la aparición de virus, motivo por el que se recomienda hidratar al organismo consumiendo de 2 a 3 litros de agua por día.
El agua mantiene la funcionalidad de las vías aéreas y es el mejor expectorante al presentar un cuadro gripal, por lo que insiste en que la hidratación diaria es fundamental.
Calefacción de ambientes: para mantener la calefacción de ambientes en temporadas de mucho frío, se indica los dispositivos incandescentes, que irradian calor, como las estufas o el acondicionador de aire, que debe estar a una temperatura ideal entre 25° y 26°, temperaturas al que el organismo puede adaptarse. Es importante evitar colocarlos a temperaturas superiores a éstas, los alérgicos y asmáticos presentan cuadros obstructivos bronquiales cuando la calefacción está muy elevada. En ambientes con calefacción, los humidificadores son recomendables.
Se desaconseja el uso de braseros en el interior del domicilio y calefactores que generan viento, ya que secan mucho el ambiente y terminan secando las vías aéreas superiores.
Desinfección de superficies de “alto nivel de contacto”: como barandas, picaportes, escritorios, teclados, mouse de computadoras, juguetes, entre otros.
Uso de mascarilla, que cubra la nariz, la boca y el mentón, al acudir a establecimientos sanitarios, y en caso de presentar síntomas respiratorios.
Si manifiesta fiebre o algún signo o síntoma respiratorio (chorreo de nariz, tos, dolor de garganta): no acuda al lugar de trabajo o estudio en esas condiciones hasta la resolución del cuadro, para impedir la dispersión de la enfermedad. Realice reposo domiciliario, previa consulta médica.