Un equipo internacional de expertos ha lanzado una advertencia urgente sobre los riesgos inminentes para la salud relacionados con el cambio climático. La última evaluación anual de The Lancet Countdown resalta la posibilidad de que las muertes vinculadas al calor extremo aumenten casi cinco veces en las próximas décadas.
El informe revela amenazas significativas para la salud humana derivadas del uso de combustibles fósiles, destacando la frecuencia creciente de sequías que podría poner en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas. Además, la expansión de los hábitats de mosquitos podría desencadenar la propagación de enfermedades infecciosas, mientras que la presión sobre los sistemas de salud se intensifica al enfrentarse a estos desafíos en aumento.
Punto Crítico y Año Récord
Esta inquietante evaluación coincide con las predicciones que indican que este será el año más cálido registrado en la historia. El momento es crucial, ya que el mundo se prepara para las conversaciones sobre el clima COP28 en Dubai, que este año incluirán por primera vez un “día de la salud” dedicado a abordar los impactos del calentamiento global en la salud.
A pesar de los llamados crecientes, el informe destaca una tendencia alarmante: las emisiones de carbono alcanzaron nuevos máximos el año pasado, atribuido a subsidios gubernamentales y a inversiones privadas en combustibles fósiles que continúan calentando el planeta.
El estudio revela que el año pasado, las personas experimentaron un promedio de 86 días de temperaturas potencialmente mortales debido al cambio climático. Trágicamente, las muertes relacionadas con el calor en personas mayores de 65 años aumentaron en un 85% en las últimas dos décadas, una señal preocupante de un futuro más peligroso según Marina Romanello, directora ejecutiva de Lancet Countdown.
Impacto Global y Desigualdades
En un escenario donde las temperaturas globales aumenten 2°C para finales de siglo, las muertes por calor podrían aumentar en un 370% para 2050. Se prevé que la inseguridad alimentaria empeore, afectando a 520 millones de personas adicionales, junto con un aumento en enfermedades como el dengue.
Más de una cuarta parte de las ciudades no se siente preparada para los impactos del cambio climático, y la carga recae desproporcionadamente en los países más pobres, que contribuyen menos a las emisiones pero sufren más en términos de impactos en la salud.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, jefe de la OMS, destaca la imperiosa necesidad de limitar el calentamiento a 1.5 °C por motivos de salud pública. Sin embargo, los esfuerzos actuales se consideran drásticamente insuficientes, proyectando una reducción de solo el 2% en las emisiones globales de carbono para 2030, muy por debajo del 43% necesario.
A pesar de estos desafíos, se observan signos de progreso. Las muertes por contaminación del aire relacionadas con combustibles fósiles han disminuido en un 16% desde 2005, gracias a la reducción de la quema de carbón, y las inversiones en energía renovable superan a las inversiones en combustibles fósiles.