Nunca me había sucedido que alguien tan cercano y querido para mi, falleciera, nunca había experimentado un remolino en todas sus etapas, y lo más importante, es que no había sentido un sufrimiento tan fuerte por dentro y una injusticia al mismo tiempo por perder a un ser amado.
La realidad es que esto les sucede a miles de personas en el mundo, sólo que en esta ocasión me ocurrió a mi, a mi familia, a mis amados. Y es cuando te das cuenta que la vida se va en un segundo, la salud se puede perder a veces de formas incomprensibles, pero al mismo tiempo raras.
Los designio de Dios en casos así son incomprensibles, y por más que tratemos de decir: “si hubiera hecho, dicho o cambiado algo”, pero no se puede recuperar nada de lo que ya pasó, aún sigo sin creer que mi hermano, ya no está con nosotros, y al mismo tiempo, la vida me dice que si, que debo vivir con todo y ese dolor, y que lejos de tirarme a la depresión, es mejor asimilar todo y seguir adelante, cumpliendo metas, amando con todo el corazón a mi familia, amigos y en general a mi prójimo.
Ahora es que me doy cuenta en cierto grado, del dolor que muchos experimentan al perder a un ser amado, hermano, esposo, hijo, padre etc. porque es algo que nadie quisiera vivir, y mucho menor por una enfermedad. Pero no sólo la muerte de un ser querido duele, hay otras pérdidas que no precisamente es que la persona ya no está físicamente en este mundo, sino únicamente con nosotros, una separación,+
divorcio,etc. Y esas pérdidas también duelen y llevan su duelo. Algo que he aprendido de estas pérdidas, es que primero que nada, debes aceptar tus sentimientos, no es fácil, a veces puedes bloquearte, no llorar, puede ser que estés en shock, pero conforme pasan los días, es normal, se experimentan todo tipo de emociones, desde tristeza, rabia, enojo, frustración, agotamiento, etc.
Otra cosa muy importante, es comer bien, hacer ejercicio diario, descansar y dormir bien, eso ayudará a que no estemos cansados todo el día, y sobre todo, seguir adelante. la vida sigue. También ayuda mucho el poder apoyar a otras personas que están lidiando con esa pérdida, te sentirás mejor de poder ser de apoyo, de escucharlos aunque repitan lo mismo una y otra vez, lloren, se sientan tristes e impotentes, están sanando poco a poco igual que tú.
Algo importante que justo mi familia y yo hicimos, es rememorar su vida, recordar los buenos momentos, enmarcamos fotos de su boda que fue hace casi 2 años, recordamos anécdotas de niños, y también plantamos flores en el jardín en su memoria. Pero siempre es importante acudir a un profesional de la salud mental, quienes te pueden guiar en este camino doloroso y recuperar el rumbo de la vida.
Este es un gran reto pero seguramente a tu ser amado le gustaría verte alegre, verte feliz de recordarlo en su mejor momento y rememorar las cosas buenas que vivieron. Todo esto sirve para valorar más lo que somos, lo que tenemos y a quienes están en nuestras vidas, tomate ese tiempo de valoración, empezando por ti mismo(a). Y aunque suene trillado, la muerte es parte de la vida, es un proceso natural que todos recorreremos un día, la forma y el momento no lo sabemos, pero lo que sí sabemos, es la huella que dejamos en los demás.
Haz que tu legado perdure de generación en generación.
En memoria de mi hermano Alfredo Hernández B.
Alethia Hernández B.