Tokio recuerda el centenario de Hachiko

¿Quien fue Hachiko?

 Hachiko, fue un perro fiel que se quedo esperando a su amo en una estación de tren en Japón mucho después de la muerte del hombre. Es el claro ejemplo de lo que es la fidelidad y el amor incondicional de estos animales por su dueño. Se cumplen 100 años del nacimiento de “Hachiko“, el perro de raza “Akita Inu”, considerada la raza nacional nipona. Hachiko llego a tal punto que hasta su vida se consumió esperando el regreso de su amo en la estación de tren hasta donde lo acompañaba todos los días.

Hachiko se ha convertido en un símbolo nacional de la lealtad

Es por eso que japón  celebra el centenario del nacimiento del perro convertido en símbolo nacional de la lealtad por haber esperado incansablemente a su amo, cuya estatua es una de las principales atracciones turísticas de Tokio.

Un siglo después de nacer, el akita blanco sigue fascinando a japoneses y extranjeros que se apiñan junto a la estatua de bronce erigida frente a la estación de Shibuya, donde esperó diariamente durante casi diez años a su amo fallecido.

Tanto el barrio de Shibuya como el pueblo de Odate, donde nació el perro el 10 de noviembre de 1923, decidieron honrar la memoria de Hachiko, cuya historia quedó retratada en una película de Hollywood estrenada en 2009 con Richard Gere a la que llamaron Siempre a tu lado.

La historia de amor y fidelidad de Hachiko

El profesor Ueno le pidió a un alumno que le consiguiera un cachorro de la raza Akita, considerada como un tesoro nacional en Japón. Lo quiso para regalárselo a su hija. Pero cuando su hija se casó, el perro se quedo en la casa del profesor, que lo tomó para su cuidado. Allí nació la relación que un siglo más tarde sigue emocionando a todo el mundo que la conoce.

El perro Hachiko acompañaba al profesor todos los días hasta la estación de Shibuya, en Tokio. Mientras Ueno tomaba su tren para ir a dar clases, el perro aguardaba pacientemente en la zona cercana a la estación. Cuando regresaba luego de dar clases, juntos regresaban a su hogar.

Así durante años. Pero un día, mientras daba clase, Ueno sufrió un infarto. Murió en la Universidad y por supuesto, ya nunca regresó.

Hachiko se quedó ese día esperando en la estación de Shibuya, pese a la demora de su año que ya nunca volvería. Pero la fidelidad por su amo daría paso a una historia que sigue emocionando casi un siglo más tarde.

Una eterna espera de 9 años de fidelidad

Hachiko repitió ese ritual de esperar junto a la estación de tren día tras día. Se recostaba en el piso para aguardar lo que jamás ocurriría: Que Ueno bajara del tren y se reencontraran.

Por suerte para el perro fiel, las personas – miles que pasaban y lo siguen haciendo a diario en este 2023 – por ese lugar neurálgico de Tokio comenzaron a fijarse en ese animal que día tras día llegaba a la estación. El diario Asaji, contó su historia y conmovió a todos. Tranquilo y calmo, además de ser un perro de una raza entrañable para los japoneses, los usuarios del tren o simples transeúntes comenzaron a alimentarlo

Nunca se quiso ir con ninguna persona de todos cuanto lo ayudaron. Hachiko siempre esperó por su amo. En 1934, se tomó la iniciativa de hacer una estatua para conmemorar esa muestra incondicional de amor. En el mismo sitio en donde siempre lo esperaba.

Como si finalmente, hubiese intuido que ya nunca vendría su dueño a buscarlo, el perro murió el 8 de marzo de 1935. Por supuesto, a los pies de la estatua en donde siempre esperaba por Ueno.