La caída de la gigante WeWork, se ha declarado en quiebra después de valer 47.000 millones de dólares
En un giro sorprendente de los eventos, WeWork, la empresa de espacios de coworking que una vez alcanzó una valoración de 47.000 millones de dólares, ha anunciado su bancarrota.
La decisión de declararse en bancarrota se tomó en un tribunal de Nueva Jersey, bajo la ley de quiebras de Estados Unidos. Los documentos presentados revelan que la empresa fundada en 2010 por el empresario israelí Adam Neumann enfrenta una deuda que asciende a aproximadamente 18.700 millones de dólares, es decir, alrededor de 17.450 millones de euros. Además, WeWork también ha iniciado el proceso de bancarrota en Canadá.
A pesar de esta medida, la compañía ha aclarado que sus operaciones en otros lugares del mundo no se verán afectadas, lo que incluye el mercado europeo.
WeWork, que cuenta con 2.500 empleados, opera alquilando edificios a largo plazo, remodelándolos y ofreciendo espacios de coworking a empresas por plazos más cortos. Sin embargo, este modelo no ha resultado rentable debido a la expansión rápida de su red de centros, que alcanzó cerca de 800 en 39 países, y los costos operativos asociados, incluyendo los gastos de servicios y suministros de oficina. Aproximadamente el 74% de sus ingresos se destinaban al pago de alquileres de los centros que luego subarrendaba.
La empresa ha detallado que ha llegado a un acuerdo para reestructurar y reducir aproximadamente 2.800 millones de euros de su deuda con los tenedores del 92% de la misma. Este acuerdo implica la disminución de su cartera de alquileres mientras se enfoca en la continuidad de su negocio. David Tolley, director ejecutivo de WeWork, afirmó que están comprometidos en invertir en productos, servicios y en su equipo de empleados.
WeWork ha asegurado que planea continuar sus operaciones a nivel global y ha aclarado que la declaración de bancarrota no afectará a las franquicias de WeWork fuera de los Estados Unidos y Canadá.
Esta bancarrota marca el final de un ascenso espectacular para WeWork, que en un momento fue la startup no cotizada más valiosa, con una valoración de 47.000 millones de dólares en enero de 2019. La empresa contó con inversionistas destacados como Softbank y Goldman Sachs, convirtiéndose en un ícono del coworking y el mayor arrendador de oficinas en Manhattan.
La quiebra de WeWork también tendrá un impacto significativo en los dueños de sus edificios en ciudades como Nueva York y Londres, muchos de los cuales ya habían aceptado reducir los alquileres para ayudar a mantener a flote a la empresa.