Por Raúl Contreras Bustamante
Hace unos días, la Facultad de Derecho de la universidad de la nación fue sede de los trabajos académicos que se realizaron en coordinación con la hermana Universidad de Buenos Aires (UBA), para llevar a cabo el VI Congreso Internacional El Derecho de las Familias .
En el acto inaugural, el doctor Leandro Vergara, decano de la Facultad de Derecho de la UBA, recibió de parte del Consejo Técnico de la Facultad anfitriona, en reconocimiento por sus méritos académicos, la presea Aequitas de Iure Multum Remittit, que significa: La equidad suaviza el rigor del derecho.
Lo anterior, se dijo, significa que es imperante reconocer la importancia de la equidad en la aplicación de la ley, pues ello permite dejarse guiar por la propia mesura, antes que, por el mero acatamiento de la letra de la ley, aún cuando la decisión tomada no sea contraria al espíritu de la ley.
En este esfuerzo académico se conjuntó la experiencia de 34 juristas de Argentina, Paraguay, Brasil y México, quienes abordaron tres vertientes fundamentales: derechos constitucionales, derechos convencionales y los principios unificados para el derecho procesal de las familias.
El análisis de la materia familiar resulta de la mayor importancia, ya que la familia representa la célula básica de la sociedad, la piedra angular sobre la que se construyen nuestras comunidades, por ende, el lugar en donde se deben prevenir que no se originen los más lacerantes problemas de las sociedades del orbe.
En palabras del profesor emérito de la Facultad de Derecho, el doctor Sergio García Ramírez: “La familia es el ámbito del encuentro, del amor y la solidaridad, de la formación moral de los hijos, de la protección contra las agresiones externas, de la recepción y revalorización de las esperanzas y los sueños”.
En materia educativa, la familia tiene un papel principal, pues en ella se auxilia y guía a la juventud, ya sea a través de la satisfacción de sus necesidades básicas para un proceso efectivo de enseñanza y aprendizaje o mediante la inspiración y confianza que la madre o padre le deben infundir al estudiante para desarrollarse
Como toda rama del derecho, el de las familias es dinámico y de práctica diaria. Sólo para dimensionar su importancia, en nuestro país existen poco más de 35 millones de hogares, de los cuales, 87% forman hogares familiares, es decir se cimentan en una relación de parentesco.
Se analizó en temas de derecho comparado que el matrimonio tradicional ya no es la única forma en que funciona la institución familiar. En México, en 2012 por cada 100 matrimonios hubo 17 divorcios, mientras que en 2022, por cada 100 matrimonios ocurrieron 33 divorcios.
Este congreso internacional que fortalece la alianza estratégica entre dos grandes universidades, dejó numerosas enseñanzas y reflexiones; entre ellas: la aplicación del principio del interés superior del menor, la adecuada impartición de justicia con perspectiva de género, el combate decidido a todo tipo de violencia, y el aumento en la capacidad del Estado para asegurar la seguridad social —en especial de adultos mayores y personas con alguna discapacidad— son componentes vitales del fortalecimiento a la familia. Y, en consecuencia, de nuestro progreso colectivo.
La academia cumple su función en esta era caracterizada por la globalización y el cambio constante. Es preciso aceptar y fortalecer cualquier tipo de familia para que acceda al ejercicio pleno de sus derechos y siga siendo el crisol en el que se forjan los valores, la ética y la identidad de las generaciones venideras.
Como Corolario, la frase de Sófocles: “El que es bueno en la familia es también un buen ciudadano”.
Fuente: https://www.excelsior.com.mx/opinion/raul-contreras-bustamante/el-derecho-de-las-familias/1617826