Por Adriana Delgado Ruiz
Ya había iniciado la recepción de reservaciones en internet, se esperaba que los vuelos iniciaran el dos de diciembre, pero todo eso tuvo que detenerse. Mexicana de Aviación, la nueva aerolínea del Estado mexicano a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional, no puede volar.
La razón más visible es que aún no tiene registrados ninguno de los 10 aviones Boeing 737-800, ni alguna de las 20 rutas a diversas ciudades importantes y destinos de playa que había anunciado, por lo que no ha obtenido el Certificado de Explotador de Servicios Aéreos de la Agencia Federal de Aviación Civil.
Lo que sí está corriendo, son los gastos. Antes de siquiera adquirir los aviones que aún no tiene, la inversión ya alcanza los 815 millones de pesos en la compra del nombre comercial, instalaciones de la antigua aerolínea y la liquidación de los 7 mil 407 trabajadores que permanecían en huelga.
Sin embargo, los obstáculos para que Mexicana de Aviación despegue de nuevo son bastante más complejos. El pasado tres de mayo, el Diario Oficial de la Federación publicó las reformas a la Ley de Aeropuertos y a la de Aviación Civil que harían posible su funcionamiento, pero la oposición las impugnó ante la Suprema Corte de Justicia y ese procedimiento todavía permanece en trámite.
El argumento principal es que esas modificaciones legales fueron parte de las varias que Morena aprobó en fast track, imponiendo su mayoría, saltándose pasos fundamentales del proceso legislativo. Así es como han quedado desactivadas otras reformas.
Pero suponiendo que no fuera el caso en estas, ¿su contenido es refutable? De hecho, sí. El que la Sedena pueda tener la figura de asignataria como dependencia del gobierno con autorización para operar una aerolínea y aeropuertos como el AIFA y otras terminales aéreas en el grupo Olmeca-Maya- Mexica, se ve a todas luces como un problema de conflicto de intereses y de competencia desleal. De llegarse a esa discusión, el proceso legal podría extenderse todavía más.
Si la SCJN deja sin efecto las reformas, los planes del gobierno tendrían que cambiar. Las fuerzas armadas suelen ser institucionalmente muy rigurosas en el respeto a las leyes mexicanas que juraron defender, por lo que es previsible que la nueva línea aérea del Estado pasaría un tiempo bastante largo todavía sin volar, al menos hasta que se encuentren y activen los mecanismos legales necesarios.
Todas estas cuestiones eran absolutamente previsibles para quien tuviera una visión de empresa y mercado. Claramente, este caso es una prueba entre muchas más de que el gobierno no es un buen empresario, no cuenta con las capacidades mínimamente necesarias para llevar un emprendimiento a buen puerto y las inversiones terminan siendo dinero de todos los mexicanos tirado a la basura.
El propósito de Mexicana de Aviación, de acuerdo con el propio gobierno, sería ofrecer boletos 20 por ciento más baratos que las aerolíneas comerciales, pero con una serie de distorsiones en el mercado que terminarían lastimando a toda la industria aérea nacional, como sucedió con las modificaciones al TUA que aplicaron sin aviso previo, lo que provocó el desplome en la bolsa de valores de los tres grupos aeroportuarios más importantes del país.
MÁS LLAGAS
– Trascendió que el senador de Morena, Rafael Espino, rompió con la disciplina partidista y se abstuvo de votar en comisiones la eliminación de los 13 fideicomisos del Poder Judicial, dado que al menos seis de ellos sí afectarían a los trabajadores. Como todos van en paquete, decidió no avalar la iniciativa.
– Contundente, la encuesta de El Heraldo de México y Poligrama en Veracruz. Rocío Nahle va en primerísimo lugar entre los morenistas. Lorena Piñón sería una de las mejor posicionadas del PRI.
