Por: Liébano Sáenz
Creo que la gobernanza, la salud y la educación, tres áreas vitales de la humanidad, pronto serán los terrenos de la IA, que se alimenta de la construcción del saber de la mente humana…
Con el alma fuera del almario, mi solidaridad con Acapulco
Mi generación se debatió a pasos agigantados entre la mágica obra de Julio Verne, la mítica película Cuando el destino nos alcance y la pragmática era digital. Hoy aparece la inteligencia artificial (IA) como la culminación del progreso. Lo cierto es que estamos, una vez más, ante la duda metódica y existencial de lo que ésta significa.
Pongamos algunos ejemplos: la IA es una de las tecnologías más revolucionarias y controvertidas de los últimos años. Su capacidad para aprender y tomar decisiones de forma independiente es una herramienta prometedora en una variedad de campos. ¿La inteligencia artificial tiene ideología? La misma que deconstruimos todos los días.
La IA ha demostrado ser un activo valioso en varias áreas. Ejemplo de ello es la mejora de la atención médica. La IA agiliza la eficiencia en la producción de bienes y servicios, reduce costos y aumenta la productividad. Las máquinas inteligentes pueden monitorear y optimizar los procesos de producción y tomar decisiones informadas para evitar problemas de control de calidad y por ende económicos. Asimismo, pueden contribuir a mejorar la seguridad en nuestras ciudades.
Como último ejemplo, se puede mencionar el perfeccionamiento de la educación al personalizar el aprendizaje para cada estudiante y brindar soluciones en su proceso de enseñanza.
Parecería entonces que nos queda poco trabajo por hacer, pero no es el caso; muchos hasta estiman que lo siguiente es la pérdida de empleo, ya que la IA puede reemplazar a los trabajadores en muchas áreas, desde la fabricación hasta la atención médica. Otros temen que la automatización genere una brecha entre los que más tienen y los que no. Al mismo tiempo que existe una amenaza a nuestra privacidad. No es lo que yo atisbo en el horizonte.
Pero sí creo que la gobernanza, la salud y la educación, tres áreas vitales de la humanidad, pronto serán los terrenos de la IA. Lo cierto es que la IA se alimenta de la construcción del saber de la mente humana y es un derivado de muchas bases de contenidos y datos creados por la sociedad. Un día hablaremos de la IA y la política.
Imagínese usted que lo que acaba de leer lo hubiese escrito ChatGPT… Le dejo la duda.