Leonardo da Vinci, uno de los genios del Renacimiento, dejó un legado artístico que ha asombrado al mundo durante siglos. Sin embargo, investigadores franceses han hecho un descubrimiento sorprendente: el uso de un ingrediente tóxico en la base de sus pinturas más icónicas, incluyendo la enigmática Mona Lisa y la monumental Última Cena.
La Revelación del Óxido de Plomo
El estudio publicado por la American Chemical Society ha revelado que Da Vinci, conocido por su experimentación artística, aplicó un compuesto tóxico en las capas base de sus obras. En lugar de emplear yeso, como algunos de sus contemporáneos, el maestro italiano optó por una técnica audaz al colocar gruesas capas de pigmento blanco de plomo y óxido de plomo (II) en la base de sus pinturas. Este último pigmento, de color naranja, proporcionaba propiedades de secado específicas a la obra final.
No solo la Mona Lisa fue objeto de este proceso; la misma técnica se aplicó en la creación de la Última Cena, lo que demuestra la predisposición de Da Vinci a experimentar con diferentes materiales y técnicas.
Técnicas de Análisis Vanguardistas
Para descubrir este secreto tóxico, un equipo de investigadores realizó un minucioso análisis de muestras de la Mona Lisa y de la Última Cena. Utilizando avanzadas técnicas de difracción de rayos X y espectroscopia infrarroja, se revelaron detalles sorprendentes sobre las capas base de estas obras maestras.
Además del óxido de plomo y el pigmento blanco de plomo, los científicos detectaron la presencia de un compuesto aún más inusual: la plumbonacrita. Este compuesto se formó de manera inadvertida a partir de una reacción entre el aceite y el óxido de plomo. Aunque no se encontró evidencia escrita que respaldara el uso de óxidos de plomo por parte de Da Vinci, este descubrimiento arroja luz sobre sus métodos de trabajo y técnicas poco convencionales.
Impacto del Óxido de Plomo en la Salud
El óxido de plomo (II) es un compuesto extremadamente tóxico para los seres humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su absorción, ya sea por inhalación o ingestión, puede tener consecuencias graves para la salud, afectando la sangre, la médula ósea, el sistema nervioso central y periférico, así como los riñones. Los síntomas pueden incluir leucemia, encefalopatía con convulsiones, neuritis, calambres abdominales y trastornos renales. Además, existe la posibilidad de que el óxido de plomo afecte el desarrollo y la reproducción humanos.
Un Ingrediente Compartido con Rembrandt
Este no es el primer caso de un artista célebre que empleó la plumbonacrita en su obra. En 2019, investigadores de la Universidad Tecnológica de Delft, en los Países Bajos, descubrieron la presencia de este compuesto en obras del famoso pintor holandés Rembrandt van Rijn, incluyendo el Retrato de Marten Soolmans, Betsabé y Susana.
Los análisis científicos también han revelado el uso de plumbonacrita en pigmentos rojos de plomo en cuadros de Vincent van Gogh. A pesar de que estos artistas no eran químicos de formación, sus experimentos con compuestos tóxicos demuestran la audacia y la creatividad con las que buscaban lograr efectos únicos en sus obras maestras.