Jerusalén, una ciudad con una rica historia y significado religioso para judíos, cristianos y musulmanes, ha sido un punto clave en el prolongado conflicto entre Israel y los palestinos.
La disputa se centra en la soberanía sobre Jerusalén Oriental, que Israel capturó durante la Guerra de los Seis Días en 1967 y posteriormente anexó, reclamando toda la ciudad como su capital. Sin embargo, los palestinos también reclaman Jerusalén Oriental como la capital de un futuro Estado palestino.
Esta controversia ha llevado a tensiones constantes, protestas y episodios de violencia a lo largo de los años. Los esfuerzos de la comunidad internacional para resolver la cuestión de Jerusalén y avanzar hacia una solución de dos estados han sido difíciles debido a esta disputa.
La situación en Jerusalén sigue siendo un asunto altamente sensible y complicado en el conflicto israelí-palestino, lo que subraya la necesidad de un diálogo continuo y un esfuerzo conjunto para lograr una paz duradera en la región.
