Esto es lo que dicen la ciencia y los expertos
Cuando se trata de enfrentar momentos inesperados de miedo o estrés, como un sismo repentino, a menudo escuchamos el consejo de recurrir a un bolillo para aliviar el susto. Esta creencia popular nos lleva a preguntarnos si realmente este pan puede ser efectivo en tales situaciones.
Para arrojar luz sobre esta cuestión, el profesor Eduardo Calixto González de la Facultad de Psicología, nos proporciona una visión desde la perspectiva científica. Cuando los seres humanos se enfrentan a situaciones amenazantes o estresantes, su sistema nervioso simpático se activa. Este sistema está diseñado para preparar al cuerpo para la lucha o la huida, lo que desencadena una serie de respuestas fisiológicas destinadas a mantenernos con vida.
“En ese punto, hay un cambio neuroquímico inmediato, con una mayor liberación de adrenalina y noradrenalina”, explica el especialista. “Esto implica un aumento en el metabolismo y la demanda de glucosa por parte del cerebro”.
Cuando este sistema se activa, el cerebro necesita más glucosa para funcionar adecuadamente. Aquí es donde entra en juego la teoría del bolillo. Según el doctor Calixto, consumir un bolillo u otro alimento en situaciones de estrés puede proporcionar rápidamente la glucosa que el cerebro necesita.
Es importante aclarar que este proceso parece ser más efectivo cuando una persona ha estado en ayuno durante un período prolongado, generalmente de ocho horas o más. En situaciones de ayuno más corto, consumir un refresco o un pan no parece tener un impacto significativo en los niveles de glucosa.
Un susto no causa diabetes
Una creencia común es que consumir un refresco o dulce después de un susto puede provocar diabetes. El profesor Eduardo Calixto aclara que esto no es correcto.
“Un susto repentino no desencadena la diabetes”, enfatiza.
“La diabetes es una afección que suele implicar un aumento de los niveles de glucosa en la sangre como resultado de un proceso de adaptación normal en ciertas condiciones”.
La influencia de la flora bacteriana
En muchas ocasiones, se argumenta que el bolillo ayuda a aliviar el susto porque “absorbe la bilis”. Sin embargo, el doctor Calixto señala que cualquier alimento que llega al estómago puede alterar el pH gástrico y modificar la producción de ácido.
El pan es solo uno de los elementos que podría tener este efecto. Otros alimentos, como la fruta y la fibra, también pueden influir en el pH gástrico, al igual que los productos lácteos como el yogur. Además, la flora bacteriana en el intestino también desempeña un papel importante en este proceso. Por lo tanto, lo que comemos y cómo mantenemos nuestra flora bacteriana son factores relevantes.
El estado de salud general de una persona también es un factor importante. Por ejemplo, “hay una creencia sobre no comer aguacate cuando nos enojamos”, menciona Calixto.
Sin embargo, el experto explica que cualquier alimento rico en grasa puede contraer la vesícula biliar y aumentar la producción de bilis. En situaciones de estrés, esto podría resultar en ictericia, y en casos extremos, en una pancreatitis que requiere cirugía, e incluso puede ser mortal.
En resumen, aunque el consumo de alimentos puede tener un impacto en la respuesta del cuerpo al estrés repentino, Eduardo Calixto subraya que “abrazar a las personas, generar certidumbre y sentir que estamos acompañados por otros seres humanos es mucho más efectivo y fisiológicamente estable que recurrir a un bolillo o un pan”.
Esto se debe a que el contacto humano y la sensación de seguridad liberan oxitocina, la hormona del amor y el apego, lo que facilita una recuperación más rápida en momentos difíciles. Si bien los alimentos pueden desempeñar un papel en la respuesta al estrés, el apoyo emocional y el afecto humano son esenciales para lidiar con situaciones de temor.
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