Las campañas siguen siendo empresas temporales improvisadas.
Atónitos los electores latinoamericanos vemos cómo “más de lo mismo”, se niega a desaparecer; la falta de originalidad en campañas y gobiernos sigue siendo un lugar común para quienes se dedican a la política.
Es un mercado de iguales, poco disruptivo, sin autenticidad, que apela al patrocinio de campeonatos y reinados, caminatas, pólvora, afiches, plegables, pancartas y fotos simulando multitud, un activismo enardecido y temporal que más temprano que tarde termina decepcionado y que aviva el abstencionista, apático e incrédulo.
Discursos largos y tediosos, promesas vacías, abrazos a niños y abuelos desconocidos, bravuconadas contra mandatarios de turno, no son más que el reflejo de la falta de creatividad y el mediocre recurso de los que creen que todo funciona en todas partes.
Las campañas siguen siendo empresas temporales improvisadas, de montonera, sin planificación alguna, en manos de sobrinos que manejan redes sociales, auspiciadoras de peleas tras debates cuyo ganador define un activista y no un indeciso; las campañas siguen siendo un barco sin timonel que busca un destino, naufragar o llegar a un puerto seguro.
Política post pandemia es TikTok bailando la canción de moda y entrevistas sobre gustos personales de los autoproclamados líderes, todo lo confirma: a nosotros, los electores, NO nos interesara que les gusta comer, si arriba o abajo, su número favorito o su equipo predilecto.
Dicen ser humildes y lucen Ferragamo y Rolex, dicen venir de abajo, pero pagan cuidado individual para su mascota, dicen nunca maltratar, pero tienen procesos que demuestran lo contrario, son buenos padres aún sin pagar la pensión por alimentos… en fin la hipocresía.
En virtud de lo señalado, políticos o no, indistintamente de su ideología, siguen sin entender por qué se abstiene la gente… es simple: “lo evidente no se pregunta”.
En respuesta a la una valla que reza: “ahora si los que nunca votan tienen por quién votar”, mi mensaje para este candidato: los que nunca votan, No votan.
Por: Freddy Serrano Díaz