En el vasto escenario de nuestro planeta Tierra, se despliega una asombrosa diversidad de vida y recursos, dotando de vitalidad tanto a nuestra existencia como a la de diversas especies. A pesar de esta riqueza, existen elementos ausentes en nuestro entorno que podrían simplificar muchas de nuestras labores diarias.
¿Cómo podrían estos materiales exóticos ayudarnos si no están presentes en nuestra tierra natal?
La respuesta está en la investigación y aplicación de los extraños componentes hallados en objetos procedentes del espacio exterior.
Un claro ejemplo de este fenómeno es la tetrataenita, un material descubierto en raros meteoritos que posee propiedades magnéticas de gran relevancia. Tanto es así, que su potencial podría revolucionar la manufactura de dispositivos electrónicos.
¿Cuándo se descubrió la tetrataenita?
El primer encuentro con la tetrataenita ocurrió en 1966, cuando un meteorito impactó en la ciudad de Saint-Séverin, Francia. Curiosamente, no es un componente terrestre y se forma a lo largo de millones de años. Sin embargo, científicos de la Universidad de Cambridge han conseguido sintetizar este material en grandes cantidades y a bajo coste.
Propiedades de la tetrataenita
Una característica particular de la tetrataenita sintética es su capacidad para reemplazar las llamadas “tierras raras”, un grupo de 17 elementos químicos reconocidos por sus propiedades magnéticas y alta conductividad eléctrica. Estos elementos son fundamentales en la industria tecnológica actual, presentes en productos cotidianos como teléfonos móviles, electrodomésticos, vehículos y equipos médicos. La extracción de tierras raras es un proceso complejo debido a su escasez en estado puro, lo que conlleva riesgos ambientales y desafíos técnicos.
La estructura de la tetrataenita consiste en una matriz tetragonal formada por taenita, una aleación de níquel y hierro. Este material, apodado “el imán cósmico” debido a sus semejanzas con las tierras raras, se origina a través de un proceso de enfriamiento lento en los meteoritos que lo contienen, una evolución que se extiende por millones de años. Los átomos de hierro y níquel adquieren una estructura cristalina durante este proceso, otorgándole sus propiedades magnéticas distintivas.
El método para reproducir la tetrataenita fue concebido en la década de 1960, cuando científicos irradiaron aleaciones de hierro y níquel con neutrones. Aunque efectivo, este enfoque era costoso y poco apto para una producción masiva. No fue hasta octubre de 2022 que otro grupo de investigadores reveló un avance: lograron sintetizar la tetrataenita calentando minerales sobre el punto de fusión y utilizando fósforo, como detallaron en un estudio publicado en la revista Advanced Science.
¿En que ayuda la tetrataenita a la industria eléctrica ?
El descubrimiento de la tetrataenita posee implicaciones cruciales en la lucha contra la escasez de tierras raras, cuya demanda ha escalado debido al rápido desarrollo de los vehículos eléctricos, con una perspectiva de aumento mundial del 400%. Si la producción a gran escala de tetrataenita se materializa, podría contribuir a resolver el desafío del agotamiento de minerales esenciales para la economía global.
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