Partidos y ciudadanos

Por: Liébano Sáenz

 

Uno de los temas de mayor relevancia en la competencia electoral ha sido la relación entre los partidos y ciudadanos. Las reglas del juego se procesaron por los partidos y se definieron a partir de la desconfianza. El objetivo ha sido la salvaguarda del voto y para ello se ha creado una exhaustiva normatividad, pero los ciudadanos no han estado en el centro de la agenda. La mejor evidencia de ello ha sido la muy precaria democracia al interior de los partidos.

Los partidos viven una crisis mayor a pesar de que son los actores más relevantes del proceso electoral. Los candidatos valen, pero los partidos son los que registran y sustentan las candidaturas y son también los articuladores de la representación legislativa a través de los grupos parlamentarios.

Para las elecciones de 2024 los dos principales bloques en contienda se han visto obligados a redefinir la relación partidos y ciudadanos.Con mayor claridad lo ha hecho la oposición porque la crisis partidaria les ha impactado más y por la necesidad de incorporar expresiones de la sociedad civil para procesar la designación de su candidato. La creación del Frente ha sido una experiencia histórica, novedosa y hasta el momento exitosa, mientras que el proceso del oficialismo no ha cumplido con las expectativas principalmente porque se ha contenido la competencia, lo que ha restado autenticidad a la contienda interna e interés de los votantes.

Hacer de las encuestas de opinión un instrumento sustituto del proceso democrático para la selección de candidatos es un error. Los estudios de opinión no son para eso y menos hoy que se advierte un descrédito mayor en las encuestas por sus erráticos resultados y por problemas metodológicos exacerbados porla dificultad de los levantamientos de datos que impone la inseguridad.

Los partidos han transitado por la democracia, pero a ésta no se la ha facilitado sutránsito por los partidos. Es necesario democratizar sus procesos internos y abrir la puerta a la competencia de los ciudadanos que aspiren a un cargo. Los positivos resultados del Frente Amplio por México lo ratifican, aunque debe entenderse su singularidad por la polarización y por la circunstancia de una elección que plantea mucho más que sólo el relevo en el gobierno.