El trágico fallecimiento de Íñigo Arenas en un bar ubicado en el municipio de Naucalpan, en Durango, ha generado conmoción en México, y su caso se ha vuelto objeto de especulación y misterio debido a las circunstancias que lo rodean.
En un comunicado, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México informó, que se llevó a cabo una orden de aprehensión en contra de seis individuos, cuatro mujeres y dos hombres. Producto de las entrevistas en sede ministerial, se estableció que a la víctima, al ingresar al inmueble, la situaron en un área de la planta baja, en donde estuvo acompañada por cuatro femeninas, empleadas del lugar, identificadas como Aritzi Abril “N”, Ana Karen “N”, Cecilia “N” y Ana Karen “N N”, quienes ordenaron diversas bebidas y aparentemente le suministraron sustancias a la víctima
Una de las teorías que ha surgido se relaciona con la posibilidad de que haya sido víctima de lo que se conoce como “Las Goteras”, un grupo que opera en centros nocturnos y cuyas víctimas suelen ser hombres que asisten solos.
La hipótesis tomó fuerza después de que personas detenidas en relación con la desaparición y muerte de Íñigo Arenas rindieran declaraciones ante las autoridades del Estado de México. En este contexto, se encuentra el bar Black Royce, localizado en Naucalpan, donde el empresario había estado celebrando durante varios días. Los testimonios proporcionados arrojan luz sobre los últimos momentos de la vida de Arenas.
Tras haber sido sacado del bar República en la Ciudad de México, debido a su estado de ebriedad, Arenas se dirigió a comer tacos y luego tomó un taxi que lo llevó al bar de Naucalpan, al que solía acudir asiduamente. Testigos revelaron que llegó en un estado de embriaguez inusual y poco habitual en él. A pesar de esto, no consumió bebidas alcohólicas y pasó tiempo en el área privada interactuando con las anfitrionas del lugar. No se reportó el uso de drogas en su presencia.
Posteriormente, tras abandonar el lugar, se sentó en un sillón y perdió el conocimiento. Los paramédicos llamados a la escena determinaron que había fallecido, y la causa de muerte se estableció como broncoaspiración. Debido a esta causa de muerte, el caso se encuentra bajo la jurisdicción del fuero común y no se reportó a la Fiscalía de Homicidios.
La teoría que sugiere que Íñigo Arenas podría haber sido víctima de “Las Goteras” se apoya en la descripción de su estado de embriaguez y comportamiento incoherente por parte de testigos. Estas personas se dedican a sedar a sus víctimas, mayormente hombres solos o en grupos, para robarles pertenencias una vez que caen en un profundo sueño.
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