En la era de los festivales y eventos masivos, la música en vivo y la diversión no son los únicos aspectos que deben ser considerados. Detrás de la emoción y la animación, se esconde un costo ambiental significativo que involucra residuos, basura y un impacto considerable en el medio ambiente. México, con más de 180 festivales al año, enfrenta un reto ambiental urgente en la búsqueda de soluciones más sostenibles.
La directora de Relaciones Culturales para el British Council en México, Isabel Gil, señala que los festivales no solo representan una experiencia artística, sino también una serie de decisiones que afectan al medio ambiente. Desde la forma en que se llega al lugar hasta lo que se consume durante el evento, cada elección tiene un impacto ambiental que puede ser mitigado con medidas adecuadas.
Los números son impactantes. En México, se llevan a cabo más de 180 festivales al año, abarcando música, cine, teatro y comedia. Estos eventos reúnen a multitudes, lo que resulta en un aumento de la producción de residuos de hasta un 71% en comparación con un día normal en los mismos lugares. La situación es similar en otros países, como Brasil y Colombia, donde se registran altas cantidades de basura generada en eventos masivos.
El estudio del Festival de Música y Artes de Coachella Valley, uno de los eventos más conocidos a nivel mundial, reveló que el 80% de las emisiones de carbono producidas estaban relacionadas con el desplazamiento del público. Esto destaca la importancia de considerar todas las facetas del impacto ambiental de los festivales.
En el Reino Unido, festivales como Glastonbury han tomado medidas proactivas para reducir su huella de carbono. Implementan políticas como la prohibición de objetos plásticos, promueven el uso de bicicletas y convierten los desechos en combustible. La iniciativa Cultura Circular, operada en México desde 2021, busca establecer conexiones entre festivales mexicanos y británicos para abordar conjuntamente la sostenibilidad.
El programa Cultura Circular ofrece apoyo financiero, mentorías y capacitaciones en sustentabilidad a festivales en México y otros países como Cuba, Trinidad y Tobago, Argentina, Perú, Brasil y Colombia. Este esfuerzo busca fomentar la adopción de prácticas más sostenibles en festivales de diferentes disciplinas y tamaños.
Isabel Gil enfatiza que la integración de la sustentabilidad en la organización de festivales es esencial para reducir su impacto ambiental y atraer a una audiencia consciente de las prácticas sostenibles. La sociedad está buscando cada vez más involucrarse con eventos y organizaciones que comparten valores ambientales, lo que puede impulsar la adopción de medidas responsables en la industria de los festivales.
Más allá de la música y la diversión, los festivales enfrentan el desafío de adaptarse a prácticas más sostenibles para preservar el medio ambiente. La colaboración entre diferentes países y festivales es un paso fundamental para construir un futuro más consciente y responsable en la industria del entretenimiento.
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