Relatos

Esta es la historia de Ana, una mujer que durante su infancia vivió eventos traumáticos y que en edad adulta bloqueó esa parte de su infancia que le afectó y marcó su vida en cuanto a comportamiento, relaciones interpersonales y carácter. Empecemos por el principio, los antecedentes:

La Familia de Ana, está compuesta por sus padres, quienes se casaron muy jóvenes, a los 18 años de edad, y se casaron por prejuicios de aquella época, que fue durante los años setentas, en donde no se hablaba de sexo, en donde los padres no les hablan a los hijos de estos temas Tabú, refieren delegar esa responsabilidad a las escuelas o a las amistades, o a quienes sus hijos tengan más confianza, aunque no siempre estos pueden ser guias en estos temas.

Y es que la abuela de Ana, se embarazó a los 15 años, sin conocer siquiera el mundo, ni algo más que su hogar, así que los patrones se repitieron con su madre, sólo que a ella, le tocó la violencia, verbal y física de un hombre joven que fue obligado al igual que la madre de Ana, a casarse por cubrir el “Qué dirán” y por si su madre estaba embarazada, cosa que no ocurrió.

Pero esa era la forma de vivir en esa época, las apariencias más que el amor y protección de los padres. Por lo tanto, Ana nunca tuvo esa referencia de lo que debe ser la “Familia”, a ella le tocó vivir la ruptura de sus padres, el secuestro de ella llevado a cabo por su padre, quien al pedirla prestada a la madre de Ana, se la llevó y no la regresó por más de 6 meses, Ana tenía 3 años.

El calvario que vivió su madre, entre abogados, visitas restringidas a su hija, y la desesperación por no poderla llevar con ella, porque todo lo tenía que hacer legalmente y esperar ese fallo de las autoridades, parecía una pesadilla, Ana no recuerda esa época, sino únicamente lo que su madre le relata, es por ello, que prefiere olvidar ese tiempo oscuro, porque al ser tan doloroso, lo bloqueó y siguió con su vida.

Sin embargo, ahí no terminó la violencia para esa pequeña, al vivir con su madre, hermanos y familia materna, la violencia continuó….

Ana despertaba en las noches asustada, llorando y muchas veces, no podía aguantar las ganas de ir al baño, por lo que se hacía en la cama, recibiendo con ello reprimendas y castigos severos, no de acuerdo a una niña de su edad.

La familia, muchas veces, ve a los niños vulnerables, y abusa de ellos, a veces el abuso no es sexual, pero sí psicológico, físico por violencia y eso afecta marcando a la persona hasta la edad adulta.

Sin embargo, Ana se refugiaba en su mundo de maravilla, en sus películas de princesas y castillos en los que, al menos otros podrían ser felices, y eso la hacía feliz, aunque ella creyera que estaba destinada a no tener esa felicidad.

Primera parte.

Por: Alethia Hernández.