Con la garantía de que con la Cuarta Transformación “nunca más habrá un fraude electoral desde el Poder”, Adán Augusto López Hernández adujo que, con el movimiento transformador en marcha “seguiremos soñando y trabajando para hacer realidad la construcción de un México donde quepamos todos, en el que no haya excluidos ni marginados y en donde quede erradicada la desigualdad”.
“Vamos juntos a construir ese hermoso sueño en el que mañana no haya ningún olvidado más, que no se margine ni se discrimine a nadie; eso es parte de la revolución de las conciencias, que es el gobierno y el mandato del pueblo bueno, y somos muchos millones más los buenos que los malos”, afirmó ante cerca de dos mil entusiastas y participativos asistentes a las Asambleas Informativas 121, 122, 123 que encabezó en los municipios de Zumpango, Tepotzotlán y Tultitlán.
El político tabasqueño resaltó que, “después de 99 años y nueve meses, los mexiquenses se decidieron y le cortaron la colita al dinosaurio, pero el cambio no va a ser fácil porque todavía andan por ahí los de la mafia que saquearon al Estado de México durante tantos años, pero ya les vamos a tocar las golondrinas. Vamos todos a apoyar en su gobierno a la maestra Delfina Gómez”, pidió.
En compañía de su esposa Dea Isabel Estrada Rodríguez, y sus hijos Adán Payambé, Augusto Andrés y Adrián Jesús, el político tabasqueño hizo un renovado y amplio reconocimiento a los adultos mayores ya que sin su participación y acompañamiento, no hubiera sido posible el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador ni la existencia de los programas sociales.
En la asamblea de Tultitlán, dónde congregó a más de tres mil personas, Adán Augusto López Hernández afirmó tajante que “en la educación ni un paso atrás; es por las niñas y los niños mexicanos”, argumentó.
Al referirse al fallo de una jueza emitido días atrás, para frenar la distribución de los libros de texto gratuitos, el político tabasqueño asumió, de nueva cuenta, la defensa de los contenidos y advirtió que “los mismos de siempre, los señores del dinero, los que no quieren al pueblo, iniciaron una campaña de descalificación a los libros” que son esenciales para el desarrollo educativo de México.