Por: FREDDY SERRANO DÍAZ
¿Representa su campaña a un mandatario con bajos índices de popularidad?, si la respuesta es positiva, ¿por que permite que las decisiones las tome un familiar o cercano colaborador del Gobierno?, pues bien, esa es la cuestión, los acudientes hacen mella en dinámicas democráticas y las decisiones mal tomadas pasan factura.
Lugares comunes en campañas conminadas al fracaso: mendigar likes en encuestas de facebook, rifar motocicletas para buscar recursos, publicar videos largos que sólo ven mis adversarios y seguidores, candidatos y familiares que quieren hacerlo todo, esposas, mandatarios y ex funcionarios que imponen decisiones por cuenta de su inversión; la lista de situaciones recurrentes es extensa, es simple, poco contribuyen cuando de armar estructura se trata.
El asunto es que la política es argumentativa y en ese escenario: “todos quieren tener la razón”, cuando lo que cuenta es ganar la elección, de ahí la importancia de tener un dron que sin pasiones vea las cosas desde arriba.
Cada año electoral, cada proceso es diferente, el comportamiento humano cambia y la seducción, el cortejo, es fundamental para aspirar, se construye más allá de intuición y olfato.
La idea es evitar FRACASAR CON TODO EXITO, ganar es disminuir los errores que siempre estarán presentes, hacer de los problemas una oportunidad, garantizar que se cumpla con planificación y experiencia, entender que somos nosotros mismos nuestro principal aliado y oponente.
Aún cuando parece soso, repetitivo y a muchos no les gusta, vale la pena tener un enemigo que trabaje pago al servicio de la causa, el tema es que por condición humana muchos quieren aplausos, se niegan a entender y al final del día, en medio del llanto, entienden que los condujo al fracaso.
Ganar una elección es disminuir equivocaciones, sumar adeptos, priorizar las decisiones adecuadas y evitar que el ego, la soberbia, la vanidad y el absolutismo hagan de las suyas.