ABERRANTE CONDUCTA DE UN MAGISTRADO

Si se trata de una cuestión de cultura o de incultura, de genialidad o de locura, de información o de exhibicionismo; bien pronto tendremos que decir que la evolución de “ciertas formas” con las que se pretende impartir justicia en ésta Cuarta Transformación de la Nación, no son las adecuadas y, nos conducen a situaciones verdaderamente preocupantes y conscientemente aberrantes, por las cuáles la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México se plantea con rigor jurídico cuál es la situación de cierta magistrada, magistrado, o lo que sea, o quiera ser, perteneciente al Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes, y cuáles son sus características esenciales.

Las formas y los términos, desde hace algún tiempo, se han invertido en nuestro México. Lo que no cabe duda es que donde hay un magistrado que se viste o se disfraza con faldas y tacones de mujer, allí hay un inadaptado exhibicionista que dice o pretende impartir justicia. Homosexual, de hecho, o lo que sea. Pero al fin y al cabo un magistrado de un Tribunal Electoral con cierto trastorno o desvío en su salud mental.

Sobre tales bases le corresponde al Ateneo de Estudios Jurídico Penales del Colegio Nacional de Abogados Foro de México interpretar, sea dicho y escrito con la máxima moderación y, al amparo del respeto que se merece la capacidad intelectual que pueda tener tal magistrado; la que por anticipado se le reconoce, funcionario estatal electoral que en redes sociales y mediante tiktok’s ha puesto a circular su imagen, con tacones, falda y vestimenta de mujer la cuál utiliza para impartir justicia electoral.

El alto funcionario del Poder Judicial Electoral, magistrado o magistrada, o lo quiera ser y cuyo nombre es Jesús Ociel Baena Saucedo, con orientación sexual muy visible es, pues, un impartidor de justicia.

Por más que la academia de Derecho intente justificar o elogiar su vestimenta de vedette, no puede, ni debe. Los magistrados de cualquier tribunal de impartición de justicia no son ni tienen que parecer artistas de circo o meretrices exhibicionistas; la justicia es una cosa seria.

La abogacía independiente y seria de la República se cuestiona si en el comportamiento extraño del Doctor Jesús Ociel Baena Saucedo en la Sala Electoral, no pretende evidenciar un misterioso deseo de enturbiar o ensuciar la Toga de dignidad que deben portar los impartidores de justicia. Los señores magistrados, cuando portan o no la Toga que su alta función representa, deben de ser personas correctas y discretas, más no actores, actrices o meretrices en redes sociales.

En concepto del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., se debe de respetar la toga que se porta, evitando los tacones rojos o dorados que éste magistrado cree que le enaltecen y embellecen, evadiendo portar una falda y el comportamiento que evidencia. La toga de mesura que debe de portar, es el emblema que representa la impartición de justicia, esa toga simbólicamente debe de corregir cualquier desviación de conducta. La toga para todos aquellos entregados al sacerdocio judicial reduce a quien la porta a ser un defensor del Derecho, sin presumir una condición de inadaptado.

Es de pésimo gusto el exhibirse en una Sala Electoral de Justicia, como se presenta el tal magistrado; esa falta de decoro y corrección debe ser sancionada desde ya por el Consejo de la Judicatura Estatal; esa carencia de ponderación y manifestación de ridículo reduce inmerecidamente el prestigio de la toga que porta.

Lo antepuesto se expresa, sin ofensa alguna a la toga de dignidad que otros señores y señoras magistradas portan. La justicia es una cosa muy seria; pero precisamente por ello, es indispensable sancionar al magistrado de marras.

Cicerón lo dijo y lo dijo muy claro: “el magistrado es la ley hablando, y la ley es un magistrado mudo”.

P.D.: El ADN de la justicia sólo señala: “magistrado, magistrada”.

Es cuanto

Lic. Alberto Woolrich Ortíz.