TRADUCCIÓN Y USO CORRECTO DEL LENGUAJE

Por: Sacerdote Daniel Valdez García 

 

Nos encontramos frente a una sociedad delicada y, posiblemente, haya aquellos que se molesten por mi insistencia en cuidar las traducciones empleadas en la Biblia. A propósito de la primera lectura (Ex 34, 29-35) de la Eucaristía de hoy, presento esta referencia sobre la importancia de una traducción precisa de la Biblia.

Y esto se agravará debido a que los libros de texto de la SEP contienen varios errores, como el uso de pleonasmos, la “s” al final y la “e” para ser “incluyentes”. En alguna ocasión, Vargas Llosa mencionó que cada individuo podía escribir de la manera que quisiera. Les aseguro que la palabra “cajón” con “g” expresa otra cosa.

A finales del siglo IV, San Jerónimo de Estridón, padre y doctor de la Iglesia, tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. Sin embargo, al llegar al pasaje del Éxodo 34, 35, se encontró con una enigmática palabra hebrea compuesta por las letras KRN, que podía interpretarse como “keren” (radiante, luminoso, con rayos de luz), que era la traducción más lógica, o “karan”, palabra que significa “cuerno”.

Cuando Miguel Ángel esculpió a Moisés, el error de traducción ya había sido advertido, y los artistas de esa época representaban a Moisés con rayos de luz. Aun así, Miguel Ángel prefirió mantener la iconografía antigua y colocar cuernos en su cabeza.

En la actualidad, la mayoría de las Biblias traducen ese pasaje de Éxodo 34, 35 de la siguiente manera: “Y los Hijos de Israel vieron entonces que rayos de Luz emanaban de la tez del rostro de Moisés”. Como mencioné antes, San Jerónimo, en cambio, optó por la siguiente traducción: “Y los Hijos de Israel vieron entonces que rayos de luz resplandecían en la faz de Moisés”.

Hoy, la mayoría de las Sagradas Escrituras interpretan aquel pasaje del Éxodo 34, 35 de la siguiente manera: “Los Hijos de Israel presenciaron la emanación de destellos luminosos desde la piel del rostro de Moisés”. Como mencioné anteriormente, San Jerónimo, en cambio, optó por esta traducción: “Los Hijos de Israel contemplaron entonces cuernos emergiendo de la tez del rostro de Moisés”, lo cual evidentemente llevó a Miguel Ángel a interpretar literalmente ese pasaje bíblico y esculpir dos pequeñas protuberancias en la cabeza de la estatua del patriarca judío.

La razón por la cual Miguel Ángel se mantuvo en ese error es un tema para otra discusión.

¡Que tenga un espléndido día!