Entre las 23 mantequillas que fueron minuciosamente analizadas, 7 de ellas eran sin sal y 6 contenían sal. La Profeco se enfocó en tres aspectos fundamentales para determinar cuál es la auténtica mantequilla y cuál no lo es.
Según la definición de la Profeco, la verdadera mantequilla es el resultado de batir la nata de la leche, obteniendo así una grasa compacta y de textura suave. El color de esta mantequilla puede variar entre un amarillo pálido e intenso, dependiendo de la alimentación del animal productor. Además, para ser etiquetada como mantequilla, el contenido graso debe ser de origen lácteo, con un porcentaje de agua no superior al 16% y con compuestos que no afecten el sabor o aroma, los cuales no deben exceder el 0.3%.
¿Cuál es la marca que no es verdadera mantequilla?
Tras el riguroso análisis, la Profeco ha revelado que una de las marcas evaluadas no cumple con los requisitos para ser considerada auténtica mantequilla. Nos referimos a la marca Chipilo, que, aunque se presenta como mantequilla, en realidad contiene grasa vegetal y sobrepasa el límite de agua permitido por la normativa. Estos son los datos que figuran en el paquete de 90 gramos:
– País de origen: México
– Aporte energético: 727 kcal/100 gramos
– Grasa: 81%
– Precio: Entre 20 y 27 pesos
La Profeco recomienda que no la compres, por tanto, es crucial que los consumidores estén atentos al adquirir productos que se autodenominan mantequilla y verifiquen cuidadosamente la información proporcionada en el empaque para asegurarse de que cumplan con los estándares establecidos. La Profeco vela por los derechos y la protección de los consumidores, y este hallazgo es una llamada de alerta para evitar caer en la compra de productos que no corresponden a lo que afirman ser.
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