El Sínodo del Terror: El día que el cadáver del papa fue juzgado

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El Sínodo del Terror: El Juicio Macabro de un Papa al Cadáver de su Antecesor

Un Relato Histórico del Sínodo del Terror

El Sínodo del Terror, conocido también como el Concilio Cadavérico, es uno de los episodios más oscuros y teatrales de la Alta Edad Media. En este siniestro acontecimiento, el Papa Esteban VI llevó la práctica de desenterrar y juzgar a sus antecesores a un extremo escalofriante. Su víctima fue el cadáver putrefacto del Papa Formoso, quien asistió al juicio vestido con los ornamentos sagrados mientras pululaban gusanos destructores en sus vacías cuencas oculares. Este escandaloso acto tuvo lugar en el Concilio romano del año 898.

La Polémica Elección de Formoso y su Fatal Destino

El Papa Formoso había ascendido al trono de San Pedro en medio de las turbias luchas entre los emperadores del Sacro Imperio Romano. Su prestigio como hombre recto y austero lo llevó al sillón romano en 891, pero también heredó la problemática relación entre Roma y los aspirantes al trono del Imperio germánico. En un periodo de alta mortalidad papal, con once pontífices sucediéndose en solo diez años, el destino de Formoso se convirtió en una encrucijada peligrosa.

La Guerra de Formoso contra los Spoleto

Formoso se encontró presionado por el emperador Guido de Spoleto para que validara la sucesión a favor de su hijo Lamberto. Desesperado por la codicia de los Spoleto, Formoso buscó ayuda en el Rey de Francia Oriental, Arnulfo de Carintia, a quien había apoyado en tiempos de Papa Juan VIII. Finalmente, las tropas de Arnolfo expulsaron a los Spoleto de Roma tras la muerte de Guido en 894.

El Macabro Juicio y la Damnatio Memoriae

Tras la muerte de Formoso en 896, el Papa Esteban VI llevó a cabo la venganza que los Spoleto habían planeado. Exhumó el cadáver de Formoso y lo sometió a un juicio post mortem, acusándolo de haberse convertido en obispo de Roma mientras ya era el obispo de Porto. El proceso se convirtió en un espectáculo grotesco, proclamando a Formoso como un Papa ilegítimo y exigiendo la renuncia de aquellos eclesiásticos ordenados por él.

La Condena y la Violenta Reacción del Pueblo

La sentencia resultó en la despojación violenta de las vestiduras y símbolos de su jefatura eclesiástica a la momia de Formoso, y el cuerpo fue arrojado a una fosa maldita y luego al río Tíber. Sin embargo, el pueblo romano, simpatizante de Formoso, se rebeló contra Esteban VI y lo asesinó. Su sucesor, Teodoro II, revirtió las decisiones del juicio macabro y restituyó la memoria de Formoso.

El Descanso Final de Formoso

El cuerpo de Formoso finalmente encontró paz cuando una crecida del río Tíber lo arrastró cerca de una orilla, donde un humilde ermitaño lo encontró y le dio una cristiana sepultura. La memoria de Formoso fue honrada por el Papa Teodoro II, quien organizó una procesión para devolverlo a su lugar entre las tumbas vaticanas de los Papas.

Esta macabra historia del Sínodo del Terror permanece como una recordatoria sombría de la turbulenta y violenta Alta Edad Media y del poder y las intrigas que envolvían a la Iglesia Católica en ese periodo.


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