Un extenso derrame de petróleo en el Golfo de México, detectado por imágenes satelitales, ha generado preocupación por la falta de información y la magnitud del desastre ambiental.
Recientemente, más de 20 organizaciones ambientales han denunciado un alarmante derrame de petróleo en el Golfo de México, en la misma zona donde ocurrió el incendio en la plataforma Nohoch-A . El tamaño de esta catástrofe supera con creces las proporciones de otros desastres previos, ya que se estima que abarca una extensión de 400 kilómetros cuadrados, más del doble del área de la ciudad de Guadalajara.
Lo preocupante de esta situación es que se ha mantenido en secreto, ya que las autoridades no han proporcionado información sobre las causas del derrame ni las posibles consecuencias ambientales que esto podría acarrear.
El descubrimiento de este inmenso derrame de petróleo se realizó gracias al análisis de imágenes satelitales por parte del geógrafo Guillermo Tamburini, quien utilizó datos proporcionados por Planet Labs, una empresa especializada en observación terrestre con sede en San Francisco, California.
Según los análisis, se estima que el derrame podría haber comenzado el 4 de julio, tres días antes del incendio en la plataforma Nohoch-A. Las imágenes satelitales tomadas el 7 de julio muestran claramente una enorme mancha de petróleo en la zona afectada.
Hasta el 12 de julio, se calcula que la superficie del derrame alcanzaba los 400 kilómetros cuadrados. Sin embargo, es importante destacar que esta cifra aún está sujeta a mayor investigación y análisis, lo que indica que el área afectada podría ser aún mayor.
Un dato alarmante es que si tan solo el 10% de las áreas identificadas con este derrame tuvieran una capa de petróleo de 0.1 milímetros de espesor, se estaría hablando de un volumen de derrame de aproximadamente 7 mil metros cúbicos. Esto equivale a dos piscinas olímpicas o 175 camiones cisterna llenos de petróleo.
Teniendo en cuenta este cálculo, se estima que las emisiones de petróleo ocurridas en los últimos 20 años podrían superar los 10 mil metros cúbicos, equivalente a 375 camiones cisterna directamente vertidos en el mar.
Es preocupante que muchos derrames de petróleo, como este, ni siquiera sean registrados por las autoridades ni reportados. Un caso similar ocurrió en junio del año pasado con una fuga de metano en la plataforma Zaap-C, en Campeche.
La falta de transparencia en estos incidentes y la ausencia de medidas efectivas para prevenir y controlar los derrames de petróleo plantean serias preocupaciones sobre el impacto ambiental y la protección de los ecosistemas marinos en el Golfo de México. Es esencial que se tomen acciones inmediatas para investigar y abordar esta situación, garantizando la seguridad de las comunidades costeras y la preservación del frágil equilibrio ambiental en la región.
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