El Kremlin está tratando de detener el avance del grupo de mercenarios Wagner hacia Moscú después de que sus tropas tomaron las instalaciones militares de la ciudad fronteriza de Rostov en represalia por supuestos ataques a sus posiciones en Ucrania. Este desafío sin precedentes al poder de Putin ha abierto un escenario inesperado en el conflicto.
Según informes de las autoridades locales, las columnas del grupo de Wagner han llegado a la región de Lípetsk, a 340 kilómetros al sur de Moscú. Se están tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población en esa área, posiblemente una ruta alternativa hacia la capital, ya que se ha notificado el refuerzo de la ciudad de Voronezh y el cierre de carreteras en la zona.
En su marcha hacia Moscú, Rusia ha llevado a cabo disparos y ha enviado helicópteros contra las tropas de Wagner, según denunció su líder, Yevgueni Prigozhin, quien previamente había indicado que no se rendiría. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado la sublevación del líder de Wagner como “traición” y ha afirmado que los responsables serán castigados.
El líder de los chechenos, quien ha reafirmado su lealtad a Putin, ha indicado que sus tropas se dirigen a Rostov. Ante el desafío de Wagner, Rusia ha implementado medidas antiterroristas en la región de Moscú y ha reforzado la seguridad en las ciudades rusas fronterizas. Las autoridades locales han pedido a los ciudadanos que permanezcan en sus casas.
La comunidad internacional, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea (UE) y la OTAN, está observando de cerca los acontecimientos. Ucrania interpreta esto como un signo del colapso del régimen de Putin, y varios países han recomendado a sus ciudadanos que eviten viajar a Rusia y al centro de Moscú, donde por ahora reina la tranquilidad entre los ciudadanos.
En un primer punto de conflicto, el grupo de mercenarios Wagner ha anunciado que controla las instalaciones militares de Rostov, incluido el aeródromo. Según su líder, no hay problemas y solo están impidiendo que la aviación de asalto los bombardee y garantizando que bombardeen a los ucranianos. El líder de Wagner ha negado un intento de golpe de Estado, mientras que la Fiscalía General de Rusia ha abierto un caso por “organizar una rebelión armada”.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha reaccionado a la toma de la ciudad de Rostov por parte del grupo de Wagner como un ejemplo de autodestrucción por parte de Rusia debido a su decisión de invadir territorio ucraniano. Ha criticado la propaganda rusa y ha considerado este evento como un paso hacia el fin de la invasión rusa y el colapso de Putin.
Los servicios de inteligencia y seguridad de Ucrania también han celebrado este conflicto interno en Rusia como un paso importante hacia el fin de la invasión rusa y el colapso de Putin. Según el Secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano,