Por Azul Etcheverry
Temperaturas que superan los 40 grados en 24 estados como Baja California, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Veracruz entre otros. México enfrenta así la tercera y una posible cuarta ola de calor que ha registrado las temperaturas más altas en las últimas décadas con máximas que superan los 30 grados centígrados en todo el país.
¿Por qué ahora y por qué de esta manera? A pesar de que es un fenómeno natural, gran parte del problema ha sido generado por los seres humanos y es resultado directo de la crisis climática. Consumo incesante y deforestación son dos factores que derivan en lo que estamos viviendo, la creciente frecuencia, durabilidad e intensidad de estas olas es directamente proporcional a los niveles de deforestación y consumo sin freno.
El fenómeno conocido como “isla de calor” es el que se produce cuando los materiales de construcción y las estructuras urbanas absorben el calor durante el día y lo liberan lentamente durante la noche, manteniendo así las altas temperaturas. ¿Usted ha visto menos áreas verdes y más centros comerciales? Seguramente sí y ahí está el problema.
El panorama no solamente es desalentador para el futuro inmediato, sino a largo plazo se prevé, según la Organización Meteorológica Mundial, que las olas de calor continúen por los siguientes 40 años sin que podamos hacer otra cosa para frenarlas más que nuestro mejor esfuerzo por adaptarnos.
También toca a los líderes responder a esta crisis. En México ha habido cerca de una decena de muertos por los golpes de calor y cientos de exigencias que demandan atención al problema, por ejemplo, en el estado de Veracruz hubo protestas por parte del personal de salud, quienes se quejaron de la falta de aire acondicionado en hospitales, dentro de una región que de por sí es de altas temperaturas. En diferentes zonas de Monterrey, explotaron transformadores eléctricos de la CFE, lo que provocó que no se pudieran usar los sistemas de aire acondicionado en esos lugares.
Sociedad y gobierno jugaremos un papel muy importante para hacer frente a este fenómeno, del lado gubernamental, cubrir los requerimientos básicos que demandan las altas temperaturas y creatividad en políticas públicas innovadoras que incluyan a todos, desde el lado ciudadano un consumo más responsable y sobre todo, un mayor enfoque y cuidado de la naturaleza.