El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo que las primeras armas nucleares tácticas han llegado a Bielorrusia, en un proceso que se espera finalice a finales de año. Putin enfatizó que este despliegue tiene como objetivo brindar una medida de disuasión. Esta noticia ha generado preocupación en la comunidad internacional, especialmente en Estados Unidos, quien ha calificado la acción como una provocación. Aunque Rusia afirma que mantendrá el control sobre las ojivas nucleares y su decisión de uso, se plantean interrogantes sobre las implicaciones de esta medida para la estabilidad regional.
El despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia ha sido una preocupación creciente desde que el presidente Putin anunció el inicio de este proceso para julio. Sin embargo, recientemente confirmó que las primeras cargas nucleares ya han llegado al país y que el proceso estará completo a finales del año. Según los acuerdos suscritos por los ministros de Defensa de Rusia y Bielorrusia, las armas nucleares no estratégicas serán almacenadas en territorio bielorruso, pero Rusia retendrá el control y la decisión de su eventual uso.
Putin ha reiterado en múltiples ocasiones que las armas nucleares tácticas solo se utilizarán si hay una amenaza a la integridad territorial, independencia, soberanía y existencia de Rusia. El presidente ruso argumenta que estas armas están diseñadas para garantizar la seguridad del Estado ruso, pero asegura que no existe la necesidad de recurrir a ellas en la actualidad. Sin embargo, algunos críticos sostienen que este despliegue rebaja el umbral para el uso de armas nucleares.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante esta situación. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha calificado el despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia como una “provocación” y una “decisión irresponsable” por parte del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, quien estaría cediendo la soberanía a Rusia. Aunque Blinken descartó una respuesta nuclear por parte de Estados Unidos, subrayó el compromiso de defender cada centímetro del territorio de la OTAN por parte del presidente Joe Biden.