Muchos comentarios se han suscitado con respecto al reciente proceso electoral. Reflexiones que se convierten en enseñanzas, lecciones que cada uno asume desde su perspectiva, experiencias para considerar en la siguiente elección, en la cual siempre se piensa. Algunos han tratado de desestimar el “fenómeno Coahuila” y su impacto nacional argumentando que nuestro Estado apenas representa algo así como un 2% de la población del país.
En efecto, Coahuila nunca ha sido una entidad muy poblada a pesar de contar con una gran extensión territorial, la tercera en el país. Sin embargo, sus condiciones desérticas, agrestes y retadoras han forjado el carácter de sus habitantes, quienes con su esfuerzo tenaz han sabido hacer productivas estas áridas tierras. Coahuila ha dado a la nación mujeres y hombres valientes y talentosos que han guiado nuestro destino.
De Coahuila era Miguel Ramos Arizpe, clérigo por circunstancia y político por convicción, quien representara a México ante las Cortes de Cádiz, donde defendió con gallardía el ideario liberal y luchó por la independencia de nuestro país. El sostener sus ideas le costó largas temporadas en prisión, pero al final su propuesta federalista triunfó.
Coahuiltejano era Ignacio Zaragoza, nacido en el estado que formaban Coahuila y Texas antes de separarse. Su arrojo e inteligencia militar lo llevaron a vencer al mejor ejército del mundo, el francés, en una épica batalla que seguimos celebrando, no solo en México, sino en todo el Continente.
De Coahuila era Juan Antonio de la Fuente, aquel reconocido liberal que defendió la Patria de la Invasión Francesa en el campo de batalla, pero también en el campo de las ideas desde el Congreso. No tuvo empacho, al desempeñarse como ministro Plenipotenciario, de espetarle en su cara a Napoleón III en el propio Palacio de las Tullerías aquel célebre apotegma que todavía nos enorgullece a todos los mexicanos: “No luchéis contra mi Patria, porque mi Patria es invencible”.
De Coahuila era Francisco I. Madero, quien despertó las conciencias de los mexicanos dando inicio el levantamiento armado que terminó con la dictadura de Porfirio Diaz. Con el lema “sufragio efectivo, no reelección” se convirtió en el primer presidente electo democráticamente en el siglo XX, para después ser traicionado y asesinado por Huerta.
De Coahuila era Venustiano Carranza, quien tuvo el valor y liderazgo para desconocer a Huerta tras haber usurpado el poder. Llamó a retomar el orden constitucional y creó el Ejército Constitucionalista. Ya en sus funciones de presidente promulgó la Constitución que nos rige hasta ahora.
Resumiendo, de Coahuila son los promotores del federalismo, la soberanía, la dignidad, la democracia y la legalidad en México. Coahuila podrá no tener mucha cantidad de electores, pero sí gran calidad de habitantes, de esos que hacen la diferencia en México.