Por Azul Etcheverry
En 1981 llegaba a España un mexicano que al pisar el campo de juego era recibido con gritos de “indio”, durante 4 años en su periodo de adaptación esto fue una constante que solamente pudo ser revertida con trabajo duro y esfuerzo, Hugo Sánchez es el futbolista qué pasó de ser “indio” a Pentapichihi.
40 años después, en la época de los teléfonos y hasta carros inteligentes, los humanos no parece que vayamos en la misma dirección, volvimos a presenciar otro de estos lamentables hechos hace algunos días en el mismo deporte, mismo país y la misma liga. Vinicius Jr, jugador brasileño que actualmente milita en el Real Madrid, fue víctima de gritos racistas por parte de pseudo aficionados del club Valencia.
En el caso particular de la liga española, ¿por qué se ha permitido la repetición de estos actos?, se sabe que los altos dirigentes son defensores y votantes del partido español de ultraderecha “Vox”, de tendencias muy conservadoras. No es entonces casualidad que en estos 40 años jugadores como Hugol, Vini, Roberto Carlos y Dani Alves hayan sido víctimas de insultos y actos racistas sin que se hayan tomado acciones radicales o contundentes para frenar estos sucesos, todo en nombre de defensa de la libertad de expresión.
Lo rescatable ante estos alarmantes sucesos son las muestras de solidaridad que despiertan, la camaradería de los compañeros de Vini en el campo de juego fue algo también notorio, desde Brasil, país natal del jugador, también se mostró apoyo incluso desde el presidente Lula da Silva quien, desde una reunión del G7, hizo un exhorto para tomar medidas que acaben con esto.
No es un hecho aislado, no es exclusivo de España, no pasa solamente en este deporte ni en esta esfera social. En los Estados Unidos, país con amplio historial en el tema, aún con la retórica, promoción e inclusión de una agenda anti racista, la división es todavía notoria para quien observa con algo de atención. El tipo de trabajos, el tipo de lugares que visitan, los medios de transporte que utilizan son diferentes notoriamente para los de un color u otro.
“No se puede jugar así, el partido tiene que parar”, sentenció el director técnico del Real Madrid en una entrevista posterior al partido donde dijo que no quería hablar de fútbol sino de lo sucedido. Es cierto, no se puede vivir así, esto tiene que parar, toca a las autoridades no permitir más estas muestras de intolerancia y odio, toca a todos pensar en las nuevas generaciones, lo que queremos transmitirles y no dejar que la pelota se manche una vez ni se detenga, que siga rodando para unir y divertir a todos.