Un grupo de científicos estadounidenses ha descubierto una relación entre la inteligencia humana y ciertos rasgos de la personalidad
Según su investigación, el nivel de extroversión o introversión de una persona puede influir en su capacidad cognitiva. La capacidad cognitiva abarca habilidades como la comprensión de situaciones complejas, el dominio de idiomas y la capacidad de sacar conclusiones lógicas. Aunque no resulta evidente que estas capacidades estén vinculadas al carácter de una persona, investigadores de la Universidad de Minesota han examinado una gran cantidad de datos para explorar esta relación.
El estudio se basó en el análisis de 1.300 estudios realizados en los últimos 100 años, que involucraron a más de dos millones de personas de más de 50 países. El equipo de investigación evaluó 79 rasgos de personalidad, algunos relacionados con el carácter, como la modestia y la cortesía, y otros asociados al neuroticismo, como la depresión, la ansiedad y la suspicacia.
También se analizaron 97 capacidades cognitivas, que abarcaban desde la velocidad de lectura hasta el nivel de memoria. El proceso de análisis llevó 13 años, y los participantes en los estudios abarcaban un rango de edad de 12 a 100,3 años, siendo el 54,1% hombres.
Los resultados revelaron un total de 60.690 correlaciones entre los rasgos de personalidad y carácter y la capacidad cognitiva. Aunque no todas estas correlaciones resultaron significativas, muchas demostraron estar relacionadas entre sí.
Por ejemplo, se confirmó que las personas abiertas a nuevas experiencias tienden a tener mejores capacidades cognitivas que las personas cerradas. Sin embargo, también se encontraron otras correlaciones interesantes.
El neuroticismo, caracterizado por rasgos como la depresión, la ansiedad, la desconfianza y la irascibilidad, resultó ser perjudicial para la mayoría de las capacidades cognitivas. Las personas con rasgos neuroticismo tienden a tener dificultades en la adquisición de conocimientos y el razonamiento lógico.
Por otro lado, las personas activas y enérgicas suelen mostrar una amplia gama de capacidades cognitivas, incluyendo un conocimiento extenso en diversas materias, una memoria sólida y un procesamiento de información mejorado. Aquellos que muestran compasión por los demás tienden a tener puntuaciones altas en habilidades cognitivas, tanto verbales como cuantitativas.
Aunque la cortesía y otros rasgos relacionados con la amabilidad presentaron correlaciones más débiles en términos de capacidad cognitiva en general, la disposición de trabajar con integridad y buena fe mostró una relación positiva con estas capacidades. Una de las correlaciones más sólidas encontradas fue entre la diligencia y las habilidades mentales generales.
La profesora e investigadora Denise Unes, parte del equipo de investigación, destacó que comprender cómo se relacionan la personalidad y la inteligencia puede permitirnos reflexionar sobre por qué ocurre esto y cómo podemos alcanzar nuestro máximo potencial.
Estos hallazgos respaldan la idea de que los rasgos de personalidad pueden influir en nuestras capacidades cognitivas y subrayan la importancia de conocernos a nosotros mismos para desarrollar todo nuestro potencial intelectual.
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