El envejecimiento es un proceso natural que experimentan todos los seres vivos. La apariencia externa que adquirimos es simplemente el reflejo de los cambios microscópicos que ocurren en el interior de nuestras células.
Con el tiempo, su actividad biológica se va deteriorando, lo que explica por qué a los 60 años no tenemos la misma energía que a los 30.
Se cree que aumentando la vida útil de las células prolongaremos nuestra longevidad. Este es un tema de investigación en curso, y un grupo de científicos ha logrado avances en este campo al utilizar un «reloj» genético sintético con dicho propósito. El artículo se encuentra publicado en Science.
Circuitos de genes
Si bien los investigadores de la Universidad de California utilizaron al hongo unicelular Saccharomyces cerevisiae como modelo, sus hallazgos podrían ayudar al cuerpo humano a envejecer de una manera más saludable. La clave del estudio es la edición de los circuitos genéticos detrás de los mecanismos reguladores que mitigan el desgaste de procesos celulares específicos.
Un circuito genético es un sistema en el que uno o más genes interactúan para llevar a cabo una función específica. Según el biólogo molecular Nan Hao de la Universidad de California en San Diego, estos operan de manera similar a los circuitos eléctricos domésticos que controlan dispositivos como electrodomésticos y automóviles.
El trabajo consiguió aumentar la vida útil de la levadura en un 82% al promover una «reconexión» celular. Este avance podría contribuir al control del envejecimiento celular y al tratamiento de condiciones relacionadas con la edad.
Ir más lento
Esta nueva investigación aprovechó los circuitos genéticos para ralentizar el envejecimiento celular. Primero desarrollaron modelos informáticos para descubrir su funcionamiento. Con ello descubrieron que las células oscilan entre dos estados de envejecimiento.
Luego, diseñaron e implementaron un ajuste en el circuito, permitiendo que las células puedan pasar de un estado a otro en lugar de comprometerse con solo uno. Esto resultó en un envejecimiento más lento de lo que ocurriría en las células de levadura más típicas.
La duración de las células diseñadas fue más uniforme en comparación con las células no tratadas usadas como controles. Además, las que tenían el circuito genético sintético crecían y se dividían más rápido, lo que sugiere que se mantuvieron en buen estado de salud incluso después de haber sido adaptadas para los fines del estudio.
«Esta es la primera vez que se utilizan principios de ingeniería y biología sintética guiada por computadora para rediseñar los circuitos genéticos y reprogramar el proceso de envejecimiento para promover la longevidad de manera efectiva«, afirma Hao.