Un estudio de la Asociación Americana de Psicología (APA) ha descubierto que dar elogios constantes a niños con baja autoestima puede tener el efecto contrario al deseado. Esto puede provocar que se sientan más avergonzados cuando fracasan y, en consecuencia, disminuir su autoestima.
Eddie Brummelman, uno de los responsables del estudio, indica que las alabanzas personales pueden resultar contraproducentes a la hora de ayudar a los niños con baja autoestima.
El estudio se llevó a cabo en dos fases: En la primera, se pidió a 357 padres que leyeran descripciones de seis hijos hipotéticos, tres de ellos con alta autoestima (por ejemplo, “a Lisa usualmente le gusta como es ella”) y otros tres con baja autoestima (por ejemplo, “Sara es a menudo infeliz consigo misma”). Después, se les pidió que escribieran los elogios que le darían al hijo al completar una actividad, como terminar un dibujo.
Los adultos que intentan ayudar a estos niños a sentirse mejor consigo mismos a menudo les dan más alabanzas personales que a otros niños. Por ejemplo, les dicen cosas como “¡Eres un gran artista!” en lugar de elogiar su esfuerzo. Esto puede hacer que los niños con baja autoestima se sientan más avergonzados cuando fallan y disminuir su autoestima en lugar de mejorarla.
Los padres en el estudio tendían a elogiar más a los niños con baja autoestima en comparación con los niños con alta autoestima. Los investigadores teorizaron que los niños que fueron elogiados por sus esfuerzos, en lugar de sus cualidades personales, pueden asociar su autoestima con el éxito y no con el fracaso. Esto puede ayudar a ver el fracaso como un revés temporal o una falta de esfuerzo, en lugar de un defecto de su carácter.
El co-autor de la investigación, Brad Bushman, sugiere que los padres y maestros deben enfocarse en alabar a los niños por sus esfuerzos en lugar de sus cualidades personales.
En general, es mejor alabar el comportamiento y no al individuo. Si alabas a la persona y esta falla, puede causar vergüenza y puede enviar inadvertidamente el mensaje “soy una mala persona”. Aunque estos resultados pueden aplicarse en la mayoría de los países occidentales, puede que sea diferente en países orientales como China, donde los adultos utilizan diferentes estrategias para alabar a los niños.
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