Por: Rafael Medina Martínez
En memoria de Raúl Padilla López
En días pasado se quitó la vida el Presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara Raúl Padilla López por motivos de salud según la carta póstuma que dejó, donde argumenta que en medio de un enfrentamiento con el gobierno federal y estatal, se cercioró que padecía Alzheimer y ya no se sentía útil como en otras coyunturas, “sirvo más llendome sic” escribió, su sorpresiva muerte causó conmoción en la clase política de Jalisco y en los círculos intelectuales de México y el mundo, nadie se esperaba tan lamentable acontecimiento de un personaje tan influyente, poderoso y respetado en la política y la cultura.
La trayectoria de este potentado se remota a las influencias de su padre Raúl Padilla Gutiérrez, un político de alcurnia en Jalisco que tuvo relevantes puestos en el gobierno, su frustración vino cuando no logró ser Gobernador, por ésta y otras razones cayó en una profunda depresión quitándose la vida precisamente frente a su hijo en 1972.
Ante tal adversidad y traumático momento, su hijo decidió seguir el camino político de su padre, y comenzó su carrera en la Universidad de Guadalajara.
En los años 70 no existía federación más poderosa en el país que la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), fundada por Carlos Ramírez Ladewig hijo del Gobernador Margarito Ramírez Miranda un humilde ferrocarrilero en los años de la Revolución, que le salvó la vida al Presidente Álvaro Obregón cuando iba huyendo de los carrancistas en 1920, el General se subió al tren que manejaba Margarito, se vistió de ferrocarrilero y juntos emprendieron la huida hacia Guerrero, por este acto heroico, Álvaro Obregón lo nombró Gobernador de Jalisco.
Carlos Ramírez fue diputado en varias ocasiones, y su cacicazgo al seno de la Universidad era absoluto, ponía y quitaba rectores a su gusto, su mayor propósito era ser Gobernador de Jalisco. La FEG operaba como una organización gansteril, los enfrentamientos a balazos eran comunes entre grupos antagónicos.
Pero todo llega a su fin, en septiembre de 1975 Carlos Ramírez Ladewig siendo delegado del IMSS en Jalisco, fue acribillado en su auto en Guadalajara, el gobierno culpó a grupos guerrilleros del crimen, su hermano Álvaro tomó su lugar como máximo líder del grupo universitario, estando inconforme con las investigaciones, visitó al presidente Echeverría en Los Pinos para exigirle una profunda investigación del crimen y pedirle la próxima gubernatura de Jalisco, Echeverría rió de la petición haciéndole creer que estaba de acuerdo. Después de negada la gubernatura y sin avances en la investigación, Álvaro Ramírez responsabilizó a Luis Echeverría del crimen y le mandó retirar el Doctorado que la Universidad le había entregado tiempo atrás, y se lo dieron a su hermano post mortem.
Raúl Padilla influenciado por su madre Abigaíl escritora y ensayista, se decantó por las letras, por lo que estudió la carrera de Historia, y a la vez trabajaba en la librería de su familia llamada “El Quijote”, saliendo de la universidad creció la librería y la convirtió en Centro Cultural: “Ahí se incubó la idea de crear la Feria Internacional del Libro” confesó en una ocasión; la pasión y el
amor por los libros se los inculcó su madre, pero la visión y el potencial de la industria lo aprendió de su librería. Siendo presidente de su carrera, Álvaro Ramírez lo designó presidente de la FEG en 1977. Al año siguiente su hermano Juan Fernando se quitó la vida al igual que su padre, siendo un duro golpe para la familia.
A raíz del rompimiento de la Universidad con el gobierno echeverrista, por primera vez el PRI no les otorgó la diputación federal para el líder de la FEG, por lo que Raúl Padilla no fue diputado como era costumbre, no obstante continuó su carrera política en la Universidad, donde fue escalonando diferentes puestos, hasta llegar a ser Director de Investigación Científica donde creó la Feria Internacional del Libro con el apoyo del Rector Enrique Alfaro (padre) y el Gobernador Enrique Álvarez del Castillo en 1987, esa sería la plataforma más importante de su vida para escalar a la cumbre del éxito, dos años después con su magistral poder de persuasión convenció a Álvaro Ramírez y al Gobernador Cosío Vidaurri de darle un nuevo rumbo a la universidad, y logró ser nombrado Rector a la edad de 36 años, tomando posesión el 1 de abril de 1989 poniendo en marcha su “Perestroika”.
Meses antes Salinas había tomado posesión como Presidente, a su llegada destituyó al poderoso líder petrolero La Quina, y enseguida al líder de los maestros Jonguitud Barrios, por lo que continuaría contra los cacicazgos universitarios, fue así como el nuevo Rector Raúl Padilla a su llegada dio el primer golpe de timón y destituyó a varios líderes enquistados desde hacía años, para posteriormente irse contra la poderosa FEG creando la nueva Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) obteniendo el control de todas las prepas y universidades.
El enfrentamiento con el líder moral Álvaro Ramírez y su grupo sería de grandes dimensiones, se enfrentaba a un grupo que tenía el control de la universidad por más de 30 años, era una lucha titánica por el poder, ambos grupos se hicieron acusaciones de corrupción y se levantaron denuncias penales, pero finalmente Raúl Padilla ganó la batalla, aplastó al Sanedrín y formó su propia república.
Entre sus grandes cambios logró: erradicar la violencia, construyó nuevos campus, descentralizó la educación, convirtió a la FIL en la mejor de habla hispana y creó el Festival de Cine, su último logro fue el Centro Cultural Universitario que alberga la biblioteca más grande y la cineteca más moderna del país.
Se caracterizaba por ser un hombre inteligente y de pocas palabras, hermético y reservado, no era un político abierto, ni líder de masas, no brillaba su oratoria y no hacía citas célebres, tampoco era profundo en sus palabras, aunque sí en sus hechos, era calculador y frío en sus decisiones, rehuía las entrevistas y sólo se limitaba a dar declaraciones, aún con la FIL nunca escribió un libro o al menos jamás lo publicó, grandes y profundas historias se llevó consigo a la tumba, se fue debiéndonos sus memorias escritas, y aunque amaba el cine, tampoco dirigió ninguna película; irónicamente el padre de la FIL y la FIC nunca publicó ni filmó nada, pero nos heredó sus grandes obras.
Logró hacer de la FIL la fiesta de las letras más grande del mundo hispano, cada año venían los escritores más reconocidos y leídos del mundo, con quienes formó una gran amistad, al estilo Hollywood desfilaban los literatos más celebres en las alfombras rojas con luces y cámaras para
presentar sus best seller; desde los hijos consentidos de la FIL Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, hasta los rockstar del momento que contentos se placeaban por los pasillos de la feria firmando libros como Paulo Cuelho e Isabel Allende.
Finalmente viajó al infinito y ya está junto a Rulfo y Juan José Arreola, lo recibió del Paso y lo llevó a la mesa de los poetas que siempre admiró para hablar con Dante, Blake y Rimbaud.
Raúl Padilla parecía un político invencible, ningún Gobernador lo había podido vencer, siempre lo amagaban con bajarle el presupuesto y él siempre atacaba con su arma más poderosa, que era sacar a miles de estudiantes a marchar y protestar afuera de Casa Jalisco y Palacio de Gobierno, no había Gobernador que resistiera embestida tan efectiva, su estrategia era infalible, doblegaba a todos los gobernadores y cedían a sus demandas y peticiones, pero hubo un Gobernador que descubrió su “Talón de Aquiles”, Enrique Alfaro analizando y conociendo el arma de la universidad, los enfrentó con el recorte presupuestal, el grupo acudió a su conocida arma, pero el Gobernador aguantó la primera manifestación y no cedió, la universidad redobló esfuerzos y engrandeció sus marchas, pero el Gobernador siguió resistiendo, y bajó más el presupuesto, –estaba midiendo las fuerzas que no pasaban de marchas y plantones– el gobierno dio un paso más y encarceló a algunos estudiantes que a su juicio violaron la ley, la reacción estudiantil se desbordó y el gobierno retrocedió y liberó a los estudiantes, finalmente el gobierno no cedió, soportó el arma del oponente y la Universidad por primera vez no logró sus objetivos y tampoco doblegó al Gobernador; la resistencia sigue y la confrontación continúa, ya se dio un nuevo llamado al diálogo, deseamos que triunfe la justicia y la razón.
En esta coyuntura los espacios deben abrirse para nuevos talentos y nuevas ideas, la FIL nunca apoyó, ni impulsó nuevos valores en las letras jaliscienses, encumbró escritores que ya eran famosos, mas nunca autores desconocidos, sus premios y reconocimientos siempre fueron para las élites intelectuales, nunca para los nuevos talentos, confío en que el Rector Ricardo Villanueva aprovechará hoy más que nunca las grandes mentes y las excelentes plumas que hay en el estado para enriquecer a la FIL y a la Universidad, lo mismo se espera del Gobernador que apoye la apertura de nuevas mentes y talentos en su gobierno, ya que un Gobierno y una Universidad que no aprovechan las mentes y talentos, están condenados al fracaso, –las revoluciones, las independencias y las repúblicas se gestaron con intelectuales– pero sobre todo hoy más que nunca deben estar a la altura de las circunstancias con los mejores hombres, porque el país lo necesita y lo reclama, porque las instituciones que rigen la democracia están siendo atacadas, y lo más supremo de nuestra nación que es la Constitución está siendo amenazada, tengo la firme esperanza que tanto el Rector como el Gobernador llegarán a un arreglo como hombres de estado para el bien de la educación, de Jalisco y de la nación.