La conducción autónoma parcial es una tecnología que se está implementando en algunos vehículos de última generación, pero que presenta importantes desafíos para su correcto uso. Uno de los problemas más importantes es la falta de conocimiento de los usuarios sobre las regulaciones que rigen para esta tecnología, lo que se suma a la irresponsabilidad de algunas personas al quitar las manos del volante por más tiempo del permitido.
A pesar de los riesgos que implica, los fabricantes de autos tienen el sueño de ofrecer vehículos que no requieran ser conducidos y que permitan retirar la atención del camino. Sin embargo, hasta el momento solo Honda en Japón y Mercedes-Benz en Alemania y Nevada (EE.UU.) tenían autorización para que ciertos modelos en determinadas circunstancias y rutas permitan que quien ocupa el asiento del conductor pueda desligarse parcialmente de la tarea de utilizar los mandos de un automóvil.
Ahora, Ford ha recibido la aprobación para que su sistema BlueCruise de conducción autónoma parcial pueda ser puesto al servicio de los usuarios en Inglaterra, específicamente en las llamadas “zonas azules”, que son autopistas previamente mapeadas en las que el sistema funciona utilizando una combinación de radares y cámaras para controlar las marcas y señales viales, y para detectar y rastrear la posición y velocidad de otros vehículos en la ruta.
El BlueCruise de Ford es un sistema de no intervención que permite a los conductores retirar legalmente las manos del volante mientras el automóvil controla la dirección y la velocidad en ciertas secciones de rutas previamente mapeadas. Sin embargo, es importante destacar que este sistema no estará disponible para cualquier camino y que el conductor aún debe prestar atención a la situación que lo rodea y estar listo para recuperar el control total del vehículo en cualquier momento.
Además, para asegurar que el conductor esté prestando atención, el sistema utiliza una cámara infrarroja orientada hacia su cara, que está alojada debajo del cuadro de instrumentos, y con la cual se pueden verificar la posición de los ojos y de la cabeza del conductor. Si el sistema detecta que el conductor no está prestando atención, emitirá alertas visuales y sonoras para llamar su atención y, en caso de que estas alertas sean ignoradas, comenzará a reducir la velocidad automáticamente del automóvil.
La tecnología BlueCruise de Ford ha sido sometida a pruebas exhaustivas, con más de un millón de kilómetros recorridos en diversas condiciones de manejo. Los usuarios que quieran utilizarlo en Inglaterra, podrán suscribirse por un precio equivalente a unos 20 euros por mes. El sistema viene cargado en los Mustang Mach-E modelo 2023, y Ford ha informado que desarrollarán una actualización inalámbrica para que los propietarios de vehículos 2022 también puedan instalarlo en sus automóviles.
La conducción autónoma parcial es una tecnología en constante evolución y que presenta importantes desafíos en cuanto a su correcto uso y regulación. Es importante que los usuarios conozcan las limitaciones y responsabilidades que implica su uso y que los fabricantes sigan trabajando en mejorar la seguridad y la eficiencia de estos sistemas para que sean una opción viable en un futuro