l Gobierno de México ha adquirido 13 plantas de generación de energía eléctrica pertenecientes a la compañía española Iberdrola, en una operación que ronda los 6,000 millones de dólares y que ha sido realizada a través del mayor administrador de fondos del país, Mexico Infrastructure Partners (MIP).
El anuncio fue realizado este martes por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha tenido un conflicto previo con Iberdrola durante su mandato.
La operación, que se llevó a cabo a través de varias filiales mexicanas de Iberdrola con MIP, sociedad estatal de México, comprende el traspaso de 8.436 MW de ciclos combinados de gas y un parque eólico de 103 MW.
“La voluntad de llegar a un acuerdo, hemos tenido algunas discrepancias pero el diálogo lo puede todo, el diálogo y la buena voluntad. De esas diferencias surge esto que es algo extraordinario, es algo histórico”, dijo el presidente en un mensaje difundido en sus redes sociales.
Según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), regulador español, los activos que formarían parte de la transacción son los ciclos combinados de gas Monterrey I y II, Altamira III y IV, Altamira V, Escobedo, La Laguna, Tamazunchale I, Baja California y Topolobampo II y III, junto con el parque eólico terrestre La Venta III, que operan todos ellos bajo el régimen de Productores Independientes de Energía contratados con CFE.
La adquisición de estas plantas de energía eléctrica representa un paso importante para el gobierno de México, que busca aumentar su control sobre el sector energético del país. López Obrador ha criticado en varias ocasiones la política energética de la administración anterior, que promovió la participación del sector privado en el mercado eléctrico mexicano.
“La operación está sujeta al acuerdo y a la firma de los contratos definitivos por las partes, así como a la obtención de las aprobaciones regulatorias necesarias y al cumplimiento de determinadas condiciones habituales en este tipo de acuerdos”, explicó.
La transacción cuenta con el respaldo financiero del Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y otras entidades financieras relacionadas con el Gobierno mexicano, lo que demuestra el compromiso del estado en este proyecto.
Con esta adquisición, México busca asegurar su suministro energético y reducir su dependencia de las importaciones, lo que fortalecerá la economía del país a largo plazo.
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