Un informe publicado por la reaseguradora Swiss Re confirma que los desastres naturales causaron pérdidas económicas millonarias a nivel mundial en el año 2022.
Concretamente, las pérdidas aseguradas por desastres naturales alcanzaron la cantidad de 275.000 millones de dólares (255.000 millones de euros aproximadamente), donde solo un 45% fue cubierto por seguros.
Según indica este informe, las pérdidas aseguradas por desastres naturales volvieron a superar los 100.000 millones de dólares por segundo año consecutivo. Estos terribles sucesos naturales demuestran que ha habido una inflación excepcional respecto a los años anteriores. Es decir, se ha producido un incremento anual medio de entre el 5% y el 7% en las pérdidas aseguradas en los últimos 30 años.
A medida que aumente la exposición y baje el apetito por el riesgo, es probable que se mantenga la escalada de precios y que sigan subiendo las retenciones y el endurecimiento de las condiciones.
El huracán Ian fue el principal causante de las pérdidas económicas, convirtiéndose en el desastre natural más costoso del año 2022. Los expertos estiman que estas pérdidas ocasionaron pérdidas de entre 50.000 y 65.000 millones de dólares. Dichas pérdidas superaron las ocasionadas por el huracán Katrina en el año 2005, uno de los más destructivos y mortíferos que se han producido en el Atlántico.
¿Qué son los desastres naturales?
Los desastres naturales hacen referencia a las enormes pérdidas materiales y vidas humanas ocasionadas por fenómenos naturales extremos. Un ejemplo de desastres naturales son las erupciones volcánicas, huracanes, inundaciones, terremotos, tsunamis, etc.
Hay varios fenómenos naturales que podemos predecir cuándo ocurrirán gracias a los avances tecnológicos que utilizan los expertos, pero hay otros que no sabemos cómo y cuándo se manifestarán. El sismógrafo es un sistema que amplifica, detecta y registra terremotos o pequeños temblores provocados por los movimientos de las placas tectónicas, además de otros movimientos y vibraciones que se producen en la Tierra.
La gravedad que suponen los desastres naturales se miden en pérdidas económicas, así como la capacidad que tiene la población para reconstruir los territorios que han sufrido las consecuencias de estos fenómenos naturales. Por norma general, la tendencia que siguen estos fenómenos naturales es que son más intensos a medida que pasan los años, ya que las olas de calor, mega tormentas y terremotos se han manifestado con mayor frecuencia e intensidad durante las últimas décadas.
Medidas «más ambiciosas» para adaptarse al cambio climático
El informe «Cambio climático 2023: informe de síntesis» presentado el pasado lunes por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) insta a tomar medidas «más ambiciosas» para adaptarse al cambio climático provocado por los seres humanos y reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el año 2030.
El informe explica que, si queremos mantener la temperatura a 1´5 ºC por encima de los niveles preindustriales, habrá que reducir las las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en todos los sectores durante esta década. Si queremos lograr este objetivo, debemos comenzar a reducir dichas emisiones desde hoy mismo y casi a la mitad para el año 2030.
Las consecuencias de estos hechos se manifiestan en la Tierra a través de fenómenos meteorológicos extremos, que tienen lugar con mayor frecuencia y mayor intensidad, afectando de manera muy grave a las poblaciones que son más vulnerables. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) propone, entre otras soluciones, el uso de energías renovables, incrementar la financiación en las inversiones climáticas y el transporte sostenible.
Fuentes: Ambientum, EFE VERDE, IPCC
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